Diseccionando las 65 horas… antes de que nos caigan encima
Razones para luchar contra la Directiva europea de las 65 horas
Iván Escofet, José Antonio González Espada, Juan Montero y Diosdado Toledano
Rebelión
El 11 de junio de 2008 el Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores formado por los ministros de Trabajo de los países miembros de la Unión Europea acordó, por mayoría cualificada (1), una propuesta de modificación de la Directiva 2003/88 sobre “ordenación del tiempo de trabajo” actualmente en vigor.
Esta “contrarreforma” de la actual directiva cuenta con el visto bueno de las patronales europeas y catalanas (2), y pretende ser un instrumento que permita a los diferentes Estados miembros flexibilizar aún más el tiempo de trabajo y legalizar pactos individuales entre trabajador y empresa (esto es, al margen de la legalidad y de los convenios colectivos vigentes en el estado español y otros países europeos), donde el trabajador, por un determinado período, renuncia a su jornada máxima de 40-48 horas, consintiendo en trabajar hasta 65 horas semanales, sin contraprestación salarial alguna por este mayor esfuerzo de trabajo.
Cierto es que a fecha de hoy, esto sólo es una propuesta, y debe pasar diversos filtros burocrático-políticos, entre ellos la aprobación del Parlamento Europeo para llegar a convertirse en una disposición obligatoria para los Estados de la U.E.
Ahora bien, no es menos verdad que el procedimiento (3) establecido para aprobar esta directiva es poco menos que un laberinto de trámites kafkianos, un auténtico galimatías que tiene como único objetivo facilitar que el Parlamento apruebe la propuesta del Consejo, y en cambio obstaculizar hasta la extenuación el veto parlamentario. Es un procedimiento diseñado, pues, para acentuar la sumisión del Parlamento (elegido por sufragio directo de los ciudadanos de la Unión) respecto de los poderes ejecutivos de los países de la Unión (el Consejo).
Si además tenemos en cuenta la actual hegemonía de las derechas en los diferentes gobiernos europeos (algunas con rasgos de extrema derecha, como el caso italiano) y un Parlamento Europeo elegido por sólo el 30% del electorado de la U.E., donde las fuerzas de derecha tienen casi el 50% de los escaños y la representación de la izquierda está dominada por el social-liberalismo más descafeinado, será muy difícil obtener las mayorías cualificadas necesarias para rechazar la propuesta de las 65 horas sino se desarrolla una masiva y enérgica movilización de la clase trabajadora europea.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=72126
LA CUESTION ES ENTRE LOS EXPLOTADOS Y LOS EXPLOTADORES
Montevideo, 3 de septiembre de 2008 – Gabriel Sánchez
Es interesante constatar, que cuando escribíamos sobre la directiva de la vergüenza y apelábamos a la resistencia de la gente de pie en Europa, decíamos que hoy iban por los emigrantes y mañana vendrían por los trabajadores europeos, y parafraseando a Bertolt Brecht, primero fueron por los emigrantes…
La derecha ha estado ganando el los huesos de Europa, como una infección de metástasis, que ha pasado, el confort ha instalado a tantos en Europa, que hoy dirigentes del mayo francés, son Ministros de Nicolás Sarkozy, que pasa que otrora combativos y teóricamente marxistas partidos socialistas europeos, hoy votan alegremente en la Europa de Berlusconi, sus iniciativas, dignas de la derecha monárquica.- Hoy van por los derechos de los trabajadores europeos, es que la plusvalía no es suficiente, y hay que apretar la prensa para que den más jugo, parece la hora de que los trabajadores europeos empiecen a mirar bien y a tener memoria de quienes se plegaran a esta iniciativa y de quienes se plegaron a la directiva de la vergüenza…
Porque parece ridículo que en la Europa del siglo XXI, muchos trabajadores olvidando que la clase opresora, son sus enemigos, los haya votado, para ponerlos en el poder…Es hora de reflotar, a los viejos partidos, leales a la clase trabajadora, recordando que el sistema es injusto y que el verdadero socialismo no debe instalarse en Él, sino con el apoyo de la clase trabajadora, cambiarlo, reinventar iniciativas creativas, para que no se reproduzca la injustita intrínseca al sistema neoliberal, porque los que viven de su trabajo, tarde o temprano serán victimas de los que viven a expensas de lo que su trabajo produce y cuando vengan tiempos de dificultad, lo que se sacrificable son los ingresos de los trabajadores.-
Es hora de que los trabajadores europeos empiecen a pensar en una organización clasista e internacional, para resistir a la derecha que carga en malón contra los trabajadores y sus derechos en forma unida, corporativa y consistente.-
Porque al final terminaremos aprendiendo, que la lucha de clases no la invento el marxismo, sino la voracidad explotadora y capitalista del sistema.- (Cfr. St. 5,4)
(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)