LA COPE, ENTRE LA ROTA Y EL GRUPO NEGOCIOS. Javier Morán

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Grandes signos emanan de la cadena de los obispos, la Cope, y serias conjeturas la rodean. Algún medio ha recordado días atrás que el contrato de Federico Jiménez Losantos vence el próximo mes de junio y que en la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha preponderado definitivamente el criterio de no renovárselo.
Paralelamente, acaba de producirse algo que Losantos no deseaba: la compra recíproca de acciones entre la cadena Cope y el grupo Negocios. Finalmente, como guinda del pastel, tres asociaciones católicas catalanas han presentado ante el tribunal de la Rota Romana (Vaticano) una «denuncia contra los miembros de la CEE en su calidad de propietarios mayoritarios de la cadena radiofónica Cope».

Los tres asuntos se entrelazan, aunque sea éste último el que menos pinta tiene de acarrear consecuencias, probablemente porque la Rota se inhiba. No obstante, las tres asociaciones progresistas autoras de la demanda pretenden arrimar un ascua más a una sardina muy cocinada: los obispos catalanes deploran la Cope, circunstancia también predicable de los prelados vascos, y -lo que es más relevante- de los epíscopos moderados, que son mayoría en la CEE.

Los demandantes ante la Rota apelan a varios cánones del Código de Derecho Canónico, por ejemplo: el 220 -«a nadie le está permitido lesionar ilegítimamente la buena fama de la que goza cualquier persona»-; o el 1389, sobre la negligencia culpable de quien omite un acto de potestad eclesiástica y perjudica a otra persona; o el 1369, que exige una pena para aquella persona que en un medio de comunicación suscita odio o menosprecio.
En contraste con estas prescripciones, los denunciantes enumeran algunas de las más ardorosas soflamas de Losantos y concluyen, en resumen, que los obispos españoles son culpables, por omisión, de que la Cope sea la que es. Ya decimos que esta demanda tiene pocas trazas de prosperar. El Vaticano no dará a los obispos españoles un tirón de orejas semejante. Al contrario: en cuanto a las polémicas de la Cope, la Santa Sede sabe que ya se operan movimientos de cambio.

Es el caso de lo que viene a ser la creación del primer multimedia español de ideario cristiano: el grupo Negocios, de inspiración católica -que edita «La Gaceta de los Negocios» y el mensual «Dinero»- amplía su capital para comprar por 18 millones de euros un 10 por ciento de la Cope. ?sta compra un 25 por ciento del grupo Negocios por unos cuatro millones de euros.

El referido grupo multimedia quedaría constituido entonces por un periódico, una revista, una cadena de emisoras y Popular TV. Lo que el grupo Negocios acaba de comprar es lo que en su día adquirieron sucesivamente Planeta y Vocento, pero salieron por donde el humo cuando los obispos detuvieron las ambiciones de control de ambos grupos sobre la Cope.

La CEE posee algo más del cincuenta por ciento de la Cope, y otro 20 por ciento está en manos de obispados y órdenes religiosas.
La alianza Cope-Economía se impuso finalmente a otros movimientos, como el del periodista Pedro J. Ramírez, quien quiso guiar al grupo Rizzoli-«Corriere della Sera» -propietario de «El Mundo»- a comprar la emisora de los obispos. ?stos habían colocado hace meses al frente de la Cope a Alfonso Coronel de Palma -del CEU de los propagandistas- para taponar el camino de Ramírez y de su leal Losantos, quien atizaba en las ondas a todo aspirante a comprar trozos de Cope, incluido Vocento.

Una vez que la participación accionarial en la emisora obispal se ha conducido por criterios de afinidad de ideario católico, la mayoría de los obispos espera que la Cope sea liberada del yugo ideológico y estilístico impuesto por Losantos, detrás del cual vendría el diluvio. En tal caso, lo que la emisora vaya a ser después del recambio de locutores es una incógnita perfecta.
(La Nueva España)