La Jornada
Sin duda la atención mundial que provocó la conferencia de París ha tenido la ventaja de ampliar la consciencia global sobre el cambio climático y de afirmar la convicción de que estamos al final del ciclo de la energía fósil. Sin embargo, es necesario tener claro el contexto, lo que podemos descubrir primero en las diferentes reacciones. El portavoz del gobierno de Estados Unidos declaró que el acuerdo está abriendo oportunidades para nuevos negocios y los presidentes de los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo afirmaron su disposición a un apoyo financiero.
Empresas multinacionales, que realizaron un intenso lobbying dentro de la conferencia, afirmaron su satisfacción. Así, Paul Polman, director de Unilever, dijo que ella «liberará billones de dólares y la inmensa creatividad de innovación del sector privado». El director de Shell, David Hove, declaró que la perspectiva de limitar el aumento del calentamiento de la tierra a 1.5 grados Celsius para finales de este siglo ayudará al desarrollo de nuevas técnicas, la captura y almacenamiento de carbono y el enterramiento de carbonos, como también de otras técnicas de geoingeniería. Sin embargo, se sabe que ninguna de estas medidas de «neutralidad climática» ha llegado a un punto satisfactorio de aplicación. Se pedirán subsidios públicos para financiar los avances tecnológicos. ··· Ver noticia ···
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