La Catástrofe Palestina (Al-Nakba). ¿Qué significa?

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Al-Nakba es la otra cara de la moneda, la cara oculta que se pretende desconocer. En estos días, colectivos religiosos y políticos que apoyan o ignoran la politica genocida israelí festejan, en varias naciones, los 60 años de la creación del Estado de Israel. Esa fecha para los palestinos es un aniversario luctuoso, doloroso, Al-Nakba, la catástrofe del pueblo palestino.

El 15 de mayo de 1948, es la fecha de la limpieza étnica, que aún continúa. Es la expulsión de sus hogares de 750.000 a 1.300.000 palestinos, que se convirtieron en refugiados. Es la destrucción de medio millar de ciudades, pueblos y aldeas.

Hoy, los refugiados son más de cinco millones, un ochenta por ciento de los cuales están registrados en la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA). Muchos de los refugiados conservan las llaves de sus casas, a las que esperan volver como lo establece el derecho internacional, que el Estado de Israel niega. También son 60 años de diáspora palestina.

Las expulsiones son siempre violentas y en este caso lo fueron aún más porque fueron acompañadas de pequeñas y grandes masacres, que comenzaron antes del 15 de mayo de 1948. La limpieza étnica se ha convertido en un genocidio, que todos los días cobra víctimas en los territorios ocupados.

De la misma manera que los antiguos griegos realizaban holocaustos (sacrificios religiosos), el Estado de Israel se conforma sobre las cenizas del holocausto del pueblo palestino.

Los pueblos del mundo no han sido sordos ni ciegos al clamor del pueblo palestino. Han condenado al Estado de Israel y la mayoría de los gobiernos se ha hecho eco de ese sentimiento. Hace pocos meses, países Árabes y de América del Sur suscribieron la Declaración de Buenos Aires, donde se reafirma «la necesidad de intensificar los esfuerzos existentes para reanudar el proceso de paz con el objeto de lograr una paz justa, duradera y abarcadora para el conflicto arabe-israelí en todos sus aspectos, sobre la base de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de las Naciones Unidas, (…) que conducen al retiro de Israel de todos los territorios árabes ocupados hasta las fronteras existentes al 4 de junio de 1967, lo que incluye el Golán sirio ocupado y el establecimiento de un Estado Palestino independiente, coexistiendo pacifícamente al Estado de Israel; y el desmantelamiento del Muro de separación y de todos los asentamientos, incluyendo aquellos del Este de Jerusalen; y convocan a la comunidad internacional para que reanude su asistencia a la Autoridad Palestina y al pueblo palestino y a levantar todo tipo de sanciones. Hacen un llamamiento a un cese inmediato de todos los actos de violencia»(*).

Y en forma urgente «expresan su profunda preocupación por la situación en Gaza y hacen un llamamieno para la reapertura inmediata de los pasos entre Gaza e Israel para que los bienes y servicios esenciales, incluyendo combustible, puedan ser provistos en forma continua, a fin de evitar y prevenir un mayor deterioro de la situación humanitaria en los territorios palestinos. …»(**).

Ahora, corresponde a los pueblos hacer que las palabras se conviertan en hechos.

(*) Punto 16 de la Declaración de los Ministros del ASPA (América del Sur – Países Arabes), suscrita por Uruguay, acordada en Buenos Aires, el 20 y 21 de febrero de 2008.

(**) Punto 17 de la Declaración citada en el punto anterior.