El Mundo
«Le damos las gracias a Rouco porque ha facilitado el encuentro de las bases de la Iglesia». La frase no viene de la jerarquía eclesiástica, viene de abajo, del sur de Dios. Se oyó ayer en la eucaristía de San Carlos Borromeo. La parroquia de los marginados, esquina de teología de la liberación que el Arzobispado de Madrid quiere cerrar por no seguir la liturgia oficial sigue recibiendo calores por todos lados.
Ayer, a la abarrotada ‘misa de una’ llegó un autocar con 50 personas de Zaragoza y de Huesca, pancarta solidaria incluida. Y siguieron amontonándose firmas de apoyo. Ya van 6.000 presentadas en el Obispado y, hasta ayer a las 21.00 horas, otras 7.130 en la web (sancarlosborromeo.org).
También ayer tres comunidades de base catalanas invitaron al párroco, Javier Baeza, al «encuentro de oración en solidaridad con la parroquia San Carlos Borromeo, Jon Sobrino y las personas que hacen este camino» que celebraron en Barcelona.
Fue el final de una semana de abrazos por toda España. Lo dice Enrique de Castro, uno de los curas de San Carlos Borromeo: «En Galicia hubo el otro día 800 personas. Decían que la próxima conferencia sería en un lugar más grande. ¿ Y sabe cuál era el título?: ‘La iglesia de los pobres’».