Con motivo del Día Internacional contra el Racismo, que se celebraba ayer, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDH-A) hacía un pequeño balance de algunos aspectos legales y situaciones de conflicto interracial que aún perviven en la sociedad andaluza y española. Aunque el propio colectivo reconoce que los incidentes con el trasfondo del racismo, son hechos puntuales en esta comunidad.
Uno de los colaboradores de APDH- A, Amin Soussi, se centró sobre todo en una vieja reivindicación de muchos extranjeros: poder tener derecho a votar. Una petición que gana actualidad cada vez que se aproxima una nueva cita electoral. «Con las revueltas en Marruecos estamos demostrando que somos personas que amamos y buscamos la democracia. No se entiende que aquí no podamos ejercerla».
Su compañero Diego Boza recordó que dicho derecho está reconocido en virtud de un concepto de reciprocidad. «Aquellos estados que tienen acuerdos con España, sus ciudadanos pueden votar. Así nos encontramos que la población residente de Nueva Zelanda, que apenas suma más de 200, podrá ejercer su derecho; y en cambio, los marroquíes, que constituyen el colectivo más numeroso de extranjeros, no».
Ese concepto de reciprocidad es rechazado por completo por la asociación, que entiende que deja el ejercicio de un derecho básico al arbitro de acuerdos entre estados. Además insisten que la mayoría de los extranjeros que residen en el país pueden demostrar un larga estancia. «El 75% tiene un arraigo importante y sin embargo muchos nos podrán votar».
La APDH-A se hizo eco también de recientes denuncias de Naciones Unidas sobre las condiciones de los centros de internamiento de inmigrantes; o la queja de Cáritas que acusa a los cuerpos policiales de realizar redadas en sus centros donde acogen extranjeros «solo para pedirles los papeles».
