La alternativa de la sobriedad feliz -- Antonio Zugasti

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Hoy es patente que estamos inmersos en una grave crisis de civilización. Y no sólo crisis de civilización, hay bastantes voces que nos advierten del riesgo en que estamos poniendo la continuidad de la propia especie humana. No sabemos hasta dónde puede llevarnos el cambio climático si no le ponemos coto de una manera radical.

Y no se trata sólo de una crisis medioambiental, también sufrimos una grave crisis social. Vivimos en un mundo cada vez más desigual y más enfrentado por unos recursos menguantes. Este enfrentamiento, cuando hay miles de cabezas nucleares repartidas por todo el planeta, resulta enormemente peligroso.

De estas crisis se habla bastante, pero, a mi modo de ver, se habla muy poco de alternativas. Lo que generalmente se propone no pasa de la categoría de paños calientes. Adaptarse al cambio climático, paliarlo en la medida de lo posible, suavizar las desigualdades económicas?? Pero todo dentro del sistema capitalista, al que no se le ven alternativas, cuando es precisamente el capitalismo, imperante en todo el mundo, lo que está llevando a estas crisis.

El capitalismo se ha impuesto porque ?como analizaba muy bien Zygmunt Bauman en su ponencia para el 150 aniversario de la socialdemocracia alemana- ha logrado imponer su cultura y su mentalidad, de tal manera que el imaginario colectivo de la sociedad es el imaginario burgués, capitalista. Este imaginario tiene tres puntos fundamentales: la confianza en el constante crecimiento económico, la meritocracia, y conseguir el bienestar por el consumo.

El primero supone una pretensión absurda: un crecimiento indefinido en un planeta de recursos limitados es un camino que sólo puede llevar a un desastre. El segundo, la meritocracia, eso de que los que triunfan es por ser más inteligentes y más trabajadores, es totalmente falso. En la sociedad capitalista los que triunfan son, sobre todo, los que logran explotar el trabajo de los demás, y también los que se enriquecen especulando hábilmente en cualquier campo.

Pero es la aceptación generalizada del tercer punto: alcanzar el bienestar gracias al consumo, el principal obstáculo para llegar a una sociedad sostenible y justa. Los seres humanos somos libres ante todo menos ante nuestra propia felicidad. Podemos buscarla por los caminos más diversos, pero no podemos renunciar a ella. Entonces, si admitimos que nuestra felicidad la conseguimos gracias al consumo, jamás saldremos de una sociedad consumista, jamás pararemos la explotación insensata de nuestro planeta, y no cesará la competencia feroz para alcanzar toda la riqueza posible,

Por supuesto que para conseguir una vida satisfactoria necesitamos tener cubiertas nuestras necesidades materiales básicas. Pero alcanzado este nivel, en el camino hacia la felicidad entran una serie de factores que no tienen nada que ver con la riqueza y el consumo de la persona. Descubrir y poner de relieve esos factores es fundamental para lograr una sociedad sostenible y satisfactoria para todos. Se trataría de vivir sobriamente, pero disfrutando de actividades gratificantes que no tienen nada que ver con el consumo. La alternativa de la sobriedad feliz