JON SOBRINO EN BILBAO : «NUESTRA UTOPÍA ES LUCHAR POR LA VIDA DEL HOMBRE, HACER QUE COMA Y RESPIRE». Isabel Urrutia

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El Correo

Jon Sobrino23.jpgUna multitud asistió a la conferencia del teólogo Jon Sobrino en la que defendió que «fuera de los pobres, no hay salvación»
La iglesia de la Residencia de los jesuitas de Bilbao no daba abasto. La respuesta a la convocatoria para escuchar, ayer, al teólogo bilbaíno Jon Sobrino fue multitudinaria. Miembros de ONG’s y de comunidades cristianas, misioneros, monjas, profesores, y muchos inmigrantes latinoamericanos se agolpaban en el templo media hora antes de que comenzara la conferencia del religioso.

La expectación era altísima: bajo el título ‘Fuera de los pobres, no hay salvación’ iba a presentar los puntos fundamentales de su visión como hombre comprometido con el mundo que le rodea. Afincado en El Salvador desde 1957, el contacto directo con la realidad de un pueblo oprimido -«donde hay mucha gente que no da la vida por supuesto»- le llevó muy pronto a seguir las pautas de la Teología de la Liberación, una corriente que arranca en Latinoamérica poco después del Concilio Vaticano II. Compañero de fatigas de los jesuitas, también vascos, Ignacio Ellacuría, Jon Cortina y Javier Ibizate, su único objetivo se resume en pocas líneas. «Debemos luchar por la utopía, que no es otra cosa sino garantizar la vida del ser humano. ¿La esencia de la utopía es la vida!».

Nada más sencillo que eso, nada más primario. Ignacio Ellacuría destacaba ese mismo significado en el último artículo que dio a conocer, en noviembre de 1989, pocos días antes de que lo mataran a tiros en El Salvador: «Hagamos que la clave del desarrollo sea la satisfacción universal de las necesidades básicas, hagamos que el principio del desarrollo sea comer y respirar ». En los países de la abundancia, admitía ayer Jon Sobrino, este postulado puede llegar a ser incomprensible, «por la sencilla razón de que hemos olvidado que somos la excepción en este mundo, donde 3.000 millones de seres humanos malviven con menos de dos dólares al día». La civilización que impera en la actualidad «no ha producido vida para las mayorías, no ha hecho de nosotros una sociedad fraterna».

Ante esa injusticia que condena «a una inmensa parte de la familia humana» a la muerte antes de tiempo, el teólogo bilbaíno no se resiste a dar su particular puñetazo sobre la mesa: «Las cosas no deben ser así, esto no es lo normal, el sufrimiento del ser humano clama al cielo». Y cita las palabras del economista y ex jesuita Luis de Sebastián: «El capitalismo es el responsable de la mala organización ético-moral de la economía mundial y de la convivencia». Caer en la cuenta de ello, asumir el reto de cambiar las tornas y sentir como propio «el dolor de nuestros hermanos del resto del mundo» no es una opción descabellada para Jon Sobrino. «Si no lo hacemos, nada serio se puede entender de Dios Su gloria es que el hombre viva, que los pobres también puedan vivir».