Es un hecho: la jerarquía predominante en las Iglesias y la tradicional cultura religiosa tiene una deuda muy grande con las mujeres. Fuertes en la fe cristiana, trabajadoras, revolucionarias, pensadoras, críticas, este público viene encontrando eco en la Teología Feminista pasando a ejercer una nueva manera de ser y de vivir la Iglesia, la fe. En entrevista con ADITAL, la teóloga y monja, Ivone Gebara, habla sobre los caminos por los cuales debe pasar la Teología Feminista y también sobre cuán difícil es tener todavía que lidiar con los valores jerárquicos que permanecen cada vez más distantes de la realidad de los y de las cristianas.
Incisiva y coherente, Ivone tiene claro el papel de los teólogos y teólogas frente a los desafíos propuestos en lo cotidiano. «Más que una Asociación de Teólogas, nosotros deberíamos comprometernos, ayudar y dialogar con los diferentes movimientos, en la búsqueda de sentidos y vivencias de los valores humanos», afirma.
Adital – ¿Cómo analiza usted la condición de las mujeres hoy en la Iglesia Católica? ¿Existen reales posibilidades de cambios favorables para las mujeres en la Iglesia?
Ivone Gebara – Le confieso que en la coyuntura actual yo creo que está complicado porque la cuestión del movimiento feminista es una cuestión que toca poderes, en el poder de visibilidad de las mujeres, en un liderazgo, por ejemplo, político, económico, en los sindicatos, en los movimientos populares…Y ese tipo de liderazgo, lamentablemente, es rechazado no sólo por la jerarquía, sino por la cultura religiosa presente en las Iglesias.
Esa cultura, inclusive de las mujeres que son mayoría, que son las devotas, digamos, ella tiene una especie de emoción colectiva en torno de la figura del sacerdote. El sacerdote ejerce varias funciones, no sólo la función de líder de la Iglesia. En general, los sacerdotes son más educados que los propios maridos o que los propios padres. Es como si ellos representaran también un ideal de hombre, respetado. Y funciona también como una autoridad, una referencia.
Por eso es que está el lado del mantenimiento de una imagen jerárquica patriarcal por parte de las mujeres, pero existe también el lado de los hombres, de la propia jerarquía. Entonces yo veo la posibilidad de un cambio dentro de las instituciones de la Iglesia a muy largo plazo. A corto plazo vamos a tener adquisiciones a nivel de la sociedad civil y política. La sociedad religiosa es mucho más cerrada, mucho más tradicionalista. Las referencias son mucho más, digamos, con fundamento religioso tan más allá de la historia, que lo encuentro difícil. Pero eso no significa que no haya que trabajar. Hay que intentar trabajar.
Adital – Dentro de todo ese contexto jerárquico, ¿cómo se viene afirmando la Teología Feminista?
Ivone Gebara – Viene afirmándose en Brasil, porque en otros países como en Estados Unidos y Canadá, es diferente. En Brasil se consolida, desgraciadamente, a partir de las zonas marginales. A partir de pequeños grupos de congregaciones religiosas que se interesan por la Teología Feminista. Hay también algunos estudiantes de facultades de Teología o de Filosofía o inclusive de Sociología que tienen interés en la sociología de la religión.
Algunos movimientos sociales, populares, como por ejemplo el Movimiento de las Mujeres Campesinas, el Movimiento por la Vivienda, el Movimiento de las Mujeres contra la Carestía. No son los movimientos en su totalidad, sólo algunos grupos, algunos núcleos que buscan. Algunos grupos de mujeres que fueron educadas en la Iglesia Católica o en la Iglesia Protestante que, a causa de su feminismo, se sienten distantes. Ven en la Teología Feminista una posibilidad de retomar ciertos valores y referencias cristianas que tenían en el pasado. Creo que es por ahí que va la cosa.
Adital – El movimiento feminista despuntó dentro de los movimientos sociales. ¿Cómo se da el diálogo entre la Teología Feminista y los movimientos sociales?
Ivone Gebara – En la conferencia de hoy [Seminario sobre Teología Feminista, que se realizó los días 2 y 3 de octubre, en Fortaleza], Isabel [Félix, teóloga] recordaba que era necesario retomar ese diálogo. Yo no sé como. Sólo sé decir que, por ejemplo, me siento solicitada por grupos feministas de diferentes tendencias para hacer una contribución, para dar una entrevista, para dar una conferencia. Pero tengo la impresión que a causa de la posición un poco retrógrada de la Iglesia Católica en relación con los desafíos propuestos por las mujeres, las feministas han perdido el interés en un estudio bíblico.
Ellas se quedan preguntándose: ¿para qué le va a servir a nuestras banderas un estudio bíblico?, y terminan interesándose sólo en un momento crítico, como por ejemplo la interrupción del embarazo cuando se trata de ciertos anencefálicos. Ahí todo el mundo va en busca de la tradición, la Biblia. Hace casi dos años, cuando hubo una discusión y el Supremo Tribunal Federal presentó esa problemática, varios jueces comenzaron a discutir. Todos usaron textos bíblicos y usaron a los teólogos, tanto a los sacerdotes de la Iglesia, como a los teólogos medievales.
Lo interesante es que nadie usó la Teología Feminista. Esto es una cosa que llama mi atención, pues hasta en esas luchas que son banderas feministas poco se hace uso de la Teología Feminista. Es como si la autoridad viniera de la Teología hecha por los hombres. Llamo la atención sobre esto para decir que yo no soy pesimista en relación con el trabajo que hago y el trabajo que algunas compañeras teólogas realizan. Pero se percibe en este ambiente actual, que alternativa que se abre hacia más allá de una concepción jerárquica del mundo, no encuentra adeptos muy fácilmente.
Adital – Tanto la Teología Feminista, como la Negra, la India, tiene por objetivo acercar la Iglesia a diferentes realidades…
Ivone Gebara – La cuestión es que no consideramos que la Iglesia sea solamente la jerarquía. Y cuando la gente, incluso los políticos, habla de la Iglesia está considerando sólo a la jerarquía. Puede ser una comunidad local o una internacional de personas que se vinculan con la fe cristiana, a los valores evangélicos, sin necesariamente vincularse con las órdenes de una jerarquía vaticana. ?ste es un fenómeno nuevo. Y no se cuáles serán los delineamientos hacia el futuro. Pienso que es un fenómeno nuevo de ser cristiano sin Iglesia. Cristiano sin una institución, pero como comunidad constituida de personas amigas que son referencia, sin tener aquella preocupación de ser miembro de una institución gobernada por una jerarquía.
Adital – ¿Cómo perciben o asimilan este tema de la Teología Feminista las comunidades en las que usted trabaja?
Ivone Gebara – Yo trabajo con algunos grupos populares. Los grupos en los que trabajo ahora ya tienen, digamos, una conciencia política. Están dándose cuenta, por ejemplo, de la relación que hay entre la opresión económica social y política y la opresión religiosa. Como también se dan cuenta de que existen políticas libertarias y existen dimensiones de liberación en las instituciones religiosas. Yo veo, por ejemplo, cuando voy con las mujeres campesinas, que hay en ellas una búsqueda de autonomía, el deseo que tienen de estudiar, de empoderarse. Ellas no encuentran eco en la Iglesia Católica. Es un poco aquello que Mary Daly dice, ellas tienen la impresión de que en la Iglesia católica sólo tienen que ser procesión, tienen que ir detrás de lo que los sacerdotes y obispos dicen. Ellos son los que lideran. Y ellas ya no quieren más eso. No existe más ese reconocimiento. Ellas quieren ser las líderes de sus propias búsquedas.
Adital – En la línea de estos temas relevantes la Teología Feminista viene colocando la cuestión del aborto que es la que más visibilidad tiene. ¿Cómo lo ve usted?
Ivone Gebara – Me gustaría decir que la cuestión del aborto no es la primera bandera del feminismo. Es una bandera. Hoy en día estamos colocando situaciones extremas tales como la violencia sexual contra las mujeres en situación de guerra o en situación doméstica. Estamos levantando un problema trágico contra la explotación sexual de las niñas. Es una cosa espantosa, el gran número de niñas que ha llegado a los hospitales públicos víctimas de violencia dentro de casa, de violencia de los padres, de los padrastros, o de los abuelos, o de los tíos, o de los hermanos. Hechos como éstos han sido bandera.
Otra cosa que ha sido bandera es la educación de las mujeres. No sólo una educación social y política, sino también una educación sexual. El aborto, su descriminalización, es también una de las banderas.
Lo que ocurre es que la gente llega y pregunta: ¿Pero por qué usted polariza tanto? Pienso que la polarización viene mucho más desde los medios de comunicación y también de una especie de negación de esta problemática de discusión abierta hecha por las diferentes iglesias y por las diferentes instancias sociales.
Entonces parece que es el movimiento feminista el que polariza. Pero lo que quiero decir es que la polarización viene de los grupos conservadores que usan la cuestión del aborto para dilapidar, para tirar piedras al movimiento feminista.
Adital – Tenemos hoy diferentes Teologías. ¿Hay una articulación entre ellas?
Ivone Gebara – La articulación es poca. Hubo un tiempo en que la Asociación de Teólogos y Teólogas del Tercer Mundo buscaban una articulación mayor de esta producción. Hoy siento que en todos los lugares del mundo existe una especie de cansancio de las organizaciones que nacieron en el pasado. La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, la Confederación de las Conferencias Episcopales, la CRB, la Conferencia Latinoamericana de Religiosos, las Asociaciones de los Teólogos… hay un debilitamiento de esas instituciones. ¿Por qué? Creo que la propia coyuntura está llevando a eso, a una especie de urgencia por comenzar otro tipo de organización a partir de otros moldes y a partir de otras referencias. Esto está siendo debatido.
Adital – Hablamos aquí de todo ese peso jerárquico que todavía domina a la Iglesia. En este panorama, ¿cómo será el camino a recorrer por parte de la Teología Feminista?
Ivone Gebara – Imprevisible. Muy difícil. Tiene esfuerzos para congregar de nuevo a las teólogas, hacer reuniones sobre la Teología Feminista, sobre los nuevos rumbos. Puedo decir que apuesto pero desconfiando. Apuesto mucho más a la vinculación de las teólogas con los grupos sociales, con los grupos populares. Apuesto mucho más a pensar la fe conjuntamente con el grupo de las empleadas domésticas, de pensar la fe con los grupos de mujeres que buscan alternativas de trabajo. Pienso que deberíamos ser muchas más las teólogas insertadas en los movimientos sociales. Más que una asociación de teólogas, deberíamos comprometernos, ayudar y dialogar con los diferentes movimientos, en la búsqueda de sentidos y vivencias de los valores humanos.
Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com