Hasta el Concilio de Trento la Iglesia no decidió que las mujeres tenían alma, y fue por un margen ajustado, por tres votos.
Recordemos que personas tan ignorantes y peligrosas como Galileo y Darwin fueron denostados y excomulgados por el Vaticano, y que fue bendecido el genocidio que se dio durante Conquista de América y mas recientemente el frente fascista de Franco en la Guerra Civil Española o el III Reich de Hitler.
Como vemos el historial de la jerarquía católica, que no de los religiosos a los que debemos agradecimiento y admiración, es francamente desolador, pero lo peor es que todavía en nuestros días la sociedad avanza a un ritmo y ellos a otro.
Mientras siguen muriendo miles de niños en África por el Sida el Vaticano sigue prohibiendo el preservativo y mientras la sociedad moderna asume el divorcio o despenaliza el aborto en los supuestos mas razonables por respeto a la decisión de la propia mujer sobre su vida y su cuerpo ellos lo comparan con asesinatos a niños, por que para ellos mas allá del interés por la persona esta el de la procreación y el establecimiento de un orden, a pesar de las personas y de su libertad para rehacer sus vidas.
Estos dos problemas «éticos» -el aborto y la procreación- son los únicos que preocupan y movilizan a la Curia romana, pero n sucede lo mismo con las guerras por la energía o la aniquilación genocida de tribus y etnias enteras en África.
En pleno siglo XXI, el de la comunicación instantánea, hace falta, urgentemente, una mayor sintonía entre las sotanas y el ,pueblo, por que de no ser asi las vocaciones y la fe seguirán en declive, en beneficio de otras creencias y de otras practicas religiosas que se ofrecen con una mayor proximidad al entorno del individuo y a su realidad social.