También le hemos preguntado a Vicenta Sanz, de Mujeres y Teología, que nos ha respondido a unas pocas cuestiones que le hemos planteado. Rápida, clara y precisa en sus respuestas, desde su sabiduría como teóloga y como mujer tiene claro que esta Iglesia se parece más a una monarquía absoluta que no tiene futuro y que ha de dar pasos para preocuparse más de las bienaventuranzas, feminizarse más, mostrar el verdadero y amoroso rostro de Dios (paterno-materno) y no el prepotente que ahora se predica, una Iglesia comunidad de comunidades.
1.- Libertad, igualdad, fraternidad son los valores que subyacen en las constituciones de las modernas democracias, plenamente coincidentes con valores evangélicos muy importantes para nosotros, por lo que la democracia es una forma de gobierno muy aceptable para un cristiano y una forma de gobierno dictatorial inaceptable, por el contrario ¿no?
Las democracias, al menos en teoría, son las que mejor pueden estructurar una sociedad de iguales, los principios en que se asienta son el a b c del cristianismo.
2.- ¿En qué medida la Iglesia católica coadyuvó al nacimiento de la democracia? ¿O fueron otras iglesias cristianas?
Opino que la Iglesia institución siempre ha ido a remolque respecto a los dinamismos de la historia, es innegable que impulsó los partidos demócrata- cristianos en Europa occidental, siempre manejando los hilos del poder político también, hasta que irrumpió el proletariado «ateo» y comunista en la escena pública, entonces volvió a posturas más conservadoras que sigue manteniendo. (Quizá sea una explicación muy simplista).
3.- ¿Es un prejuicio o la iglesia jerarquía, históri-camente, ha convivido «mejor» con regímenes dictatoriales que con regímenes democráticos? ¿Es por eso que la Iglesia jerarquía en España es tan beligerante actualmente con el estado democrático?
Es una Iglesia asentada en una religión ontológico- cultual donde el evangelio sale malparado, esta también es la visión de la religión que han tenido ciertas dictaduras para utilizarla como un instrumento a su servicio. Por eso se han apoyado mutuamente ciertas dictaduras y la ICR a lo largo de la historia. Leído el evangelio sin prejuicios, sólo es creible una iglesia con una actitud ético profética que valora y promueve seres humanos que son y actúan como demócratas, por encima de sus creencias religiosas.
Una Iglesia que quiere «salvar» a toda la sociedad desde el poder que da el control dogmático, moral y cultual, es la que choca con algunas decisiones legislativas tomadas por el actual gobierno socialista español, tan esperadas por colectivos tradicionalmente marginados por la propia iglesia. Nuestros jerarcas ven por todas partes adoctrinamiento laicista, porque ellos no saben vivir su vocación «sagrada» sino desde el adoctrinamiento
4.- ¿Es posible una iglesia con estructuras democrá-ticas? ¿Por qué la jerarquía es tan remisa a tratar el tema?
La jerarquización del poder en nuestra iglesia es lo más parecido a una monarquía absoluta, es difícil que en el mundo de hoy desde ahí se pueda ejercer el anuncio y la denuncia proféticas en una sociedad que se cree muy demócrata pero que todavía acepta y fomenta tantas tiranías. Por ahora esta situación es inamovible, las posturas se radicalizan cada vez más, sólo unas bases (pueblo de Dios) maduras, comprometidas y con la fuerza del Espíritu, podremos «minar» esta situación y llevar a la iglesia y a la más genuina de la democracia..
5.- ¿Tiene credibilidad una iglesia no democrática que, por ejemplo, no ha ratificado la Declaración Universal de los Derechos Humanos?
Después de lo dicho, puede entenderse por qué la Iglesia no ha ratificado la Declaración Universal de los Derechos Humanos. No valora ni acepta fácilmente todo lo positivo que surge en la sociedad civil, si no coincide exactamente con sus planteamientos medievales, necesita súbditos y no ciudadanos.De haberlos ratificado, tendría que haberse planteado el acceso de la mujer a todos los ministerios, un mayor interés por la teología de la liberación, etc.
6. ¿Crees que un concilio nuevo sería un buen instrumento para plantear estos temas? ¿En qué condiciones debería celebrarse?
Para convocar un nuevo concilio, cuyo objetivo fuera hacer de la iglesia una sociedad democrática, más creíble para el mundo y más evangélica, debería realizarse un trabajo previo de reflexión, oración, debate y discernimiento en el seno de las comunidades, con una participación amplia de todos/as, admitiendo distintas posturas, en un clima de respeto mutuo. Los/as representantes serían elegidos/as en dichas comunidades y no tendrían preponderancia en las conclusiones ni la Curia ni el Colegio Cardenalicio.
7.- ¿Cómo sería una iglesia organizada democráticamente?
La organización de una iglesia que quiere vivir la utopía de la democracia y ser una propuesta para la sociedad, debería acercarse un poco más a la vivencia de las bienaventuranzas, capaz de bajar de los pedestales, más feminizada, mostrando la imagen de un Dios tan poco prepotente que nos necesita para mostrar al mundo su rostro materno, que siempre acoge amorosamente, que no condena, que sufre con los que sufren, que se alegra de todos los procesos de liberación de sus hijos/as …
Es necesaria una iglesia más acogedora de la realidad de cada cual, sin prejuicios, impulsora de su plenitud, donde se escuche más y se sermonee menos, más fraterna y sororal, con una espiritualidad celebrativa que se reconozca en definitiva en la mística de todos los hombres y .mujeres que desde las más diversas religiones y creencias, han sabido encontrarse liberadoramente con los hermanos/as y con Dios Madre- Padre. Sería una iglesia, comunidad de comunidades, con una estructura en red, sus líderes, elegidos con la participación de todos/as entre los/as que mejor sirven a la comunidad, por su vida profética y su sabiduría, algunos de sus referentes actuales podrían ser las profetisas y los profetas silenciadas/os hoy por el Vaticano.
8.- ¿Alguna experiencia de «Otra iglesia posible» nos puedes contar?
Actualmente sí conozco pequeñas comunidades de creyentes cuyos miembros, por encima de todo, pretenden vivir desde la autonomía de sus conciencias como referencia última ante Dios y la sociedad.Desde ahí much@s tratan de vivir con radicalidad su ser de hijo@s libres del Dios de Jesús, luchando por hacer de este mundo un lugar con sociedades cada vez más democráticas de verdad. En nuestro grupo, Mujeres y Teología, fomentamos estas actitudes.