La Iglesia católica mexicana alertó el jueves sobre el incremento de la violencia en el país, principalmente en los estados del norte, desatada por el crimen organizado. La visión de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que esta semana celebró su 82 Asamblea Ordinaria, contrasta con la del presidente Vicente Fox, quien ha afirmado que el país se encuentra en ‘calma’.
El obispo de la diócesis de la norteña ciudad de Nuevo Laredo, Watty Urquidi, dijo en rueda de prensa que respeta la ‘visión’ de Fox, pero señaló que ‘vemos que hay muchos focos de violencia’ vinculados al narcotráfico y se corre el riesgo de que se irradien.
En este sentido, recomendó incrementar la cooperación entre las autoridades policiales, tanto federales como estatales y municipales, para poder para combatir el narcotráfico, la delincuencia y la violencia.
‘Estamos contra la violencia. Díganles a los criminales que no los queremos aquí, este es el sentir no sólo de la Iglesia sino de toda la ciudadanía’, aseguró el obispo de Ciudad Juárez, fronteriza con EEUU, Renato Ascencio León.
Cálculos extraoficiales cifran en cerca de dos mil los muertos a consecuencia de la violencia desatada por el crimen organizado este año.
León también hizo referencia al tema migratorio, al afirmar que es ‘un asunto que no solamente es problema de Estados Unidos sino de todos los mexicanos’.
‘También manifestamos nuestra preocupación del ensanchamiento de los muros intangibles, los de la intransigencia y de la tolerancia, así como los muros de la falta de una efectiva negociación entre los gobiernos de las naciones involucradas’, puntualizó.
México se opone a la ley firmada por el presidente norteamericano George W Bush, que autoriza la construcción de un doble muro de más de 1.126 kilómetros en varios tramos de la frontera común.