Honduras. Cuando se pierde el estupor por el crimen -- Ramón Zavala (Tegucigalpa)

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Esto es lo que pasa en nuestra querida honduras donde a diario nuestra juventud está atrapada en la violencia basten las estadísticas ?para darnos una idea Honduras cerró en 2012 con una tasa de homicidios de 85.5 por casa 100 mil habitantes?? (http://www.laprensa.hn/Secciones-Principales/Honduras/Tegucigalpa/Honduras-el-mas-violento-de-la-region ), y de ello hay un fuerte involucramiento por parte de la policía que lejos de ser un garante para la seguridad del pueblo se ha convertido en una amenaza para el mismo.

El fuerte involucramiento de la policía ha sido en muchas ocasiones denunciado pero es muy contundente cuando ?el Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS), que maneja el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), hizo público semanas atrás un informe donde se involucra a los uniformados con los asesinatos?? dando una cifra de 149 personas asesinadas solo en el año 2012 por la policía, pienso que este dato es muy probable que se quede corto, ( http://www.tiempo.hn/portada/item/7213-investigar%C3%A1n-polic%C3%ADas-por-muerte-de-149-personas ), ya que es un secreto a voces como el pobre de los barrios es intimidado por la misma policía para no denunciarlos ya que se encuentra aliada con el mismo crimen organizado.

Lo que más nos carcome y motiva es la impunidad la rectora de la UNAH en este mismo informe denuncia que de cada 10 crímenes 9 quedan sin resolver lo que es un fuerte aliciente a que se continúen cometiendo.

Con un estado en franco deterioro sobre todo por la agudización de la crisis que empezó con el golpe de estado dado al gobierno de Zelaya en el 2009, nos encontramos todos los ciudadanos en una situación de indefensión que lejos de verse una salida nos trata de acorralar con un terror creciente que se nos asoma al nomas poner un pie fuera de nuestras casas.

Estamos urgidos de organizar la lucha por la vida de recuperar la sensibilidad por la misma y comprender que todo ser vivo merece una vida digna.