Unas 400 personas se congregaron en el lugar en que un malí de 29 años se tiró a las aguas gélidas del Marne para escapar a un control de policía. Fue un drama. Falleció.
Delante de mí, escucho a su hermana que toma la palabra:
« Mi hermano había venido a Francia para donarme un riñón. Vino para salvarme la vida y se murió él. Es como si se hubiera sacrificado por mí. »
El profesor, el jefe de planta de transplantes renales le había mandado venir par hacer este transplante que se realizó en junio pasado. A este joven malí le habían negado la renovación del permiso de residencia. Tenía una orden para abandonar el territorio y vivía con el miedo constante a un control de policía.
Con emoción y cólera, denunciamos este clima de terror en el que viven los sin papeles. ¡El que encontró la muerte tirándose en el Marne no es, desgraciadamente, la primera víctima de la caza de sin papeles!
Estamos bajo la lluvia pero no tenemos prisa por marchar. En silencio, cada uno(a) tira una flor que lleva la corriente río abajo.