«Los gobiernos han decidido salvar a los mercados y no a las personas»
Invitan a los cristianos a que se sumen a la movilización
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Como cristianos, lamentamos que nuestros dirigentes, que presumen de católicos , desprecien lo que es el núcleo del mensaje del Evangelio: «no se puede servir a Dios y al dinero»
La HOAC de Madrid y las Comunidades Cristianas Populares de Andalucía han dado su apoyo a la huelga general de este miércoles, indicando que «no podemos permanecer ajenos a los sufrimientos de miles de familias en nuestra Región, mientras los gobiernos han decidido salvar los mercados y no rescatar a las personas»
Éste es el comunicado de HOAC Madrid:
La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de la Diócesis de Madrid respalda la huelga general del próximo 14 de noviembre, convocada en el marco de la Jornada Europea de Acción y Solidaridad, e invita a los cristianos de Madrid a que se sumen a esta movilización ante el ataque a los derechos sociales y a la protección de las personas y familias trabajadoras con el argumento de priorizar el pago de la deuda.
No podemos permanecer ajenos a la situación que sufren las familias afectadas por desahucios, o las que no pueden pagar los libros de texto; las que no llegan ni a mitad de mes, que ven cómo sus miembros están en el paro o con empleos precarios, que sufren los recortes en sanidad, en transporte público, en la dependencia y en los recursos de las políticas sociales, como la Renta Básica, en un contexto donde los inmigrantes, los jóvenes, las mujeres o los parados de larga duración se llevan la peor parte.
La deuda pública se está convirtiendo en un mecanismo de trasvase de riqueza de pobres a ricos. Por eso cada vez hay más personas con empleos precarios o jóvenes que no encuentran trabajo y con un futuro incierto. Las consecuencias de estas decisiones afectan al conjunto de la sociedad pero, de manera más dura, a los sectores más débiles y empobrecidos del mundo del trabajo. Consecuencias que llevan al empobrecimiento generalizado, a la pérdida de cohesión social y de horizonte vital.
Como movimiento apostólico de la Acción Católica consideramos que es necesaria una regulación del mercado, que tendrían que llevar a cabo los gobiernos, pero en la situación actual, nuestros gobiernos son súbditos de la situación financiera y la única salida que nos están ofreciendo son políticas de recortes, que rebajan claramente los derechos de los trabajadores respecto a situaciones anteriores.
La política que se está desarrollando ha olvidado el sentido de la justicia y un trabajo en defensa de la fraternidad y el bien común. Por eso, la primera vía para intentar revertir esta situación de conflicto es el diálogo. Cuando éste no es posible, la propia Iglesia reconoce la legitimidad del recurso a «la huelga no violenta, cuando se presenta como el instrumento necesario, en vistas a unas mejoras proporcionadas y teniendo en cuenta el bien común» (Catecismo de la Iglesia Católica, CIC, 517).
Reivindicar la política y los sindicatos
Precisamente por esta razón, entendemos que esta convocatoria de huelga general europea y las movilizaciones convocadas están justificadas. Las políticas al servicio de las personas y de sus necesidades básicas deberían ser prioridad por encima de los intereses de los mercados, y mientras esto no sea así, entendemos la legitimidad de estas convocatorias en defensa de los derechos de las personas y familias trabajadoras. A su vez reivindicamos, en el marco de esta convocatoria de huelga, el papel de la política y, en especial, de los sindicatos, que -con sus luces y con sus sombras- son la principal defensa organizada de los trabajadores.
Les pedimos a los políticos, sindicatos, empresarios, entidades financieras y a los distintos expertos, que actúen con responsabilidad ante la gravedad de la situación actual, que puede empeorarse en el caso de que olviden el principio básico de humanidad, en el que las necesidades de los pobres deben tener preferencia sobre los deseos de los ricos; los derechos de los trabajadores, sobre el incremento de los beneficios.
Queremos acabar haciendo una llamada a la esperanza cristiana, la esperanza de Jesús de Nazaret, en la que pongamos a la persona humana en el centro del desarrollo económico y pensar este mismo desarrollo como una ocasión de crecimiento de la humanidad en justicia y unidad. Lo vemos a diario dentro de nuestra Iglesia diocesana, en nuestras parroquias, en nuestras Cáritas, y en numerosos proyectos de promoción social que llevan a cabo cristianos de la Iglesia de Madrid. Y sabemos que no estamos solos, porque hay mucha gente que no se ha dejado embaucar por la avaricia y la codicia y en su vida trata de vivir los valores de la austeridad, la solidaridad y el compromiso personal y con los otros.
Por su parte, las CCP de Andalucía han emitido el siguiente comunicado:
El 14N la Confederación europea de sindicatos ha convocado una jornada de acción y solidaridad en varios países europeos, especialmente los del Sur de Europa, que son los más castigados por esta suicida política económica dirigida desde el corazón de la U.E y con el beneplácito de los organismos financieros internacionales.
La pobreza y la exclusión social están aumentando de modo vertiginoso lo que está provocando una verdadera agitación social entre los sectores populares de estos países. En Grecia son ya 25 las huelgas generales declaradas en los últimos tres años.
En España y en Andalucía, la situación es también explosiva. Las medidas que el anterior gobierno empezó a adoptar y sobre todo las que el actual lleva imponiendo en estos últimos meses, está provocando situaciones verdaderamente desesperadas y angustiosas: son ya cerca de 6 millones las personas sin trabajo en nuestro país, son 400000 los desahucios que se han ejecutado y que están dejando en la calle a familias enteras. El número de suicidios ha aumentado de modo alarmante. Las ONGS que trabajan con los que están en exclusión social se ven desbordados, dado la avalancha de demandantes que acuden a sus servicios.
Los trabajadores, con la reforma laboral aprobada, han visto destrozados sus derechos legítimamente conquistados por luchas de décadas anteriores.
La sanidad se está privatizando a pasos agigantados y aumentan las movilizaciones del personal sanitario y los usuarios que sufren el recorte de estos servicios esenciales.
La enseñanza está siendo destrozada por un ministerio absolutamente incompetente que está provocando movilizaciones continuas de todos los sectores afectados: enseñantes, padres, alumnos, personal laboral…
Los pensionistas han visto disminuir de modo muy importante su poder adquisitivo con el aumento del IRPF, el IVA, el copago farmacéutico y la subida de precios generalizada, especialmente significativo en algunas partidas como la factura de la luz, el gas, la telefonía etc…
Y es que este gobierno no tiene en cuenta a las personas, sino que está mirando siempre a contentar a la Sra. Merkel y al sistema financiero europeo y mundial. Hasta el punto de llegar a reformar la constitución los dos grandes partidos para garantizar el pago de la deuda antes que cualquier otra cosa.
Como cristianos, lamentamos que nuestros dirigentes, que presumen de católicos , desprecien lo que es el núcleo del mensaje del Evangelio: «no se puede servir a Dios y al dinero». La persona es lo primero. Hay que trabajar por el bien de todos los ciudadanos, no por el interés de los mercados.
Lamentamos también el silencio de nuestros obispos que han tardado años en decir alguna vaga palabra sobre la crisis mientras se muestran muy rápidos para salir al paso de la sentencia del tribunal constitucional que declara legal la unión de personas del mismo sexo.
Animamos por tanto a todos los ciudadanos de Andalucía y de España a participar de modo activo en la huelga general del próximo día 14 de Noviembre, para pedir un cambio radical en la política económica del este gobierno que está llevando al caos a la mayoría de la población de este país. Una huelga, no sólo laboral, en los centros de trabajo, sino también de consumo y de transporte. Que el Gobierno llegue a acuerdos con los sindicatos y rectifique.