Cuando fui un pez pequeño
en el fondo del mar me escondía
de los peces más grandes.
Cuando fui gorrión
evitaba volar por los lugares
donde lo hacía el fiero halcón.
Cuando fui ratón
en mi guarida temblaba de miedo
al oír afuera el maullido del gato.
Cuando fui gato
arriba del árbol esperaba que se fuera
la jauría que me ladraba hambrienta.
Cuando fui cerdo me angustiaba pensar
en el día que vería a mi amo acercarse
con el asesino cuchillo.
Cuando fui hombre me escondí en el fondo de mí
para que no me vieran los violentos y prepotentes.
Cuando fui hombre evité frecuentar las calles
a las cuales suelen concurrir los feroces asesinos.
Cuando fui hombre temblé de temor
al escuchar rugir la voz del patrón.
Cuando fui animal animal
sentía temor pero menos del que tuve
cuando fui animal humano.