Hay que centrar el asunto. Este virus ¿es natural o está manipulado? -- Jaime Richart, Antropólogo y jurista

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

A esta pregunta es a la que hay que responder antes de ponerse a dar instrucciones a la población, a menudo contradictorias, para evitar contagios…
Una periodista, María Antonia Iglesias, fallecida no hace muchos años, en asuntos enredosos que los periodistas explotan y ellos mismos hacen más enredosos todavía porque es su «obligación» entre otras razones la comercial que nunca falta, solía preguntar al respecto: ?la cuestión es si es puta o no es puta??. Así zanjaba esa propensión a embarullarlo todo cuando un grupo de periodistas en un estudio de radio o en un plató de televisión hablaba por los codos acerca de un episodio político reiterativo sin alusión alguna al meollo de la cuestión.

Pues bien, no estamos ante un episodio, necesaria o exclusivamente político ahora con motivo del virus de marras que data de la primera decena de marzo del corriente año. Pero la manera de tratar el revuelo, la turbulencia, la conmoción y cuantos sustantivos queramos aplicar a un asunto que afecta no solo a la sociedad española sino a la sociedad mundial, se presta a hacer esa misma pregunta que María Antonia Iglesias hacía con frecuencia. Pregunta que nadie hace ni se la hace, y si alguien la saca a relucir quien está al frente del cotarro la pasa por alto para reconducir el rollo al número de contagiados, al uso de la dichosa mascarilla y a la «irresponsabilidad» de tantas y tantos. La oficialidad ni se la cuestiona. Le da lo mismo. Lo que quiere es seguir por el sendero del tratamiento de una epidemia que según esa actitud parece habernos llegado del cielo, no de la voluntad de unos canallas ni de la pasividad de quienes consienten esta actitud. Por lo que no hay más remedio que recordar también a cada instante al Einstein que decía: «los males del mundo no vienen tanto de quienes los causan como de quienes les consienten».

Volvamos al principio. Este virus ¿es puta o no es puta? Pues hay una enorme diferencia en tratamiento, consecuencias y esperanzas entre que el virus sea natural o sea fabricado por esos que patentan los virus, ?su virus??, ya se nos dirá con qué intenciones si no es para utilizarlos perversamente. Pues no creo en absoluto que para investigar la morfología, naturaleza y patología de un virus haya que registrarlo, patentar, reafirmar, en definitiva, la propiedad del mismo. ¿Qué sentido tiene?

Por eso, déjense los poderes públicos, los periodistas, los epidemiólogos, los biólogos, los médicos, los sanitarios y el legislador de abrumarnos a cada instante con el recuento de los contagiados y volvernos locos (aunque probablemente sea esa su intención) y díganos de una vez si el virus del que se está hablando constantemente nos ha llegado del cielo o es un producto manufacturado de mercado farmacéutico. Las consecuencias inmediatas de su acción infectológica y el modo de encarar el futuro entre un virus natural y un virus artificial, serían completamente distintas. Si fuera natural (y parece que no lo es porque no responde a los parámetros usuales de los virus causantes hasta ahora de una modalidad de gripe), sería uno el proceder, aunque discutible a la vista de cómo lo abordan unos países y otros. Pero si está manipulado su genoma, es decir, si estamos ante un microorganismo fabricado, diseñado, tallado y seguramente programado a partir de otro ya existente, las claves de la solución no están en manos de los expertos oficiales, sino de esos fabricantes que lo han patentado y seguro lanzado como un misil de precisión.

No hay que olvidar que este virus fue ensayado el 28 de noviembre de 2019 en el Foro de Davos en Nueva York. Y según periodistas acreditados que estuvieron presentes en tan «bello» trance, de haberse llevado a la práctica completo hubiera causado 63 millones de muertes en el mundo. Por eso, déjense los poderes públicos de monsergas sobre contagios y medidas de prevención y empiecen a investigar a fondo quiénes están detrás de todo esto. Actúen en consecuencia y dejen de perseguir a negacionistas que tienen todos los motivos que les falta a los afirmacionistas: a esos equipos médicos ilusos, ignorantes o sospechosos, y a los gobiernos obsecuentes con ellos vaya usted a saber por qué. Actúen en consecuencia y háganos olvidar esa frase tan expresiva como lapidaria de la periodista desaparecida María Antonia Iglesias que da título al presente escrito…

20 Agosto 2020
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