HAITI: Terremoto 12 enero 2010
Comparto mi experiencia en Haití del 21 al 31 de Agosto 2011. Pablo Richard, 2 de Septiembre 2011
Realidades
Un país con 10 millones de habitantes ( 2 millones en el extranjero), ahora con la memoria imborrable de 250 000 muertos (aproximado) y un millón y medio de afectados gravemente por el terremoto (aproximado)
¿Se imaginan ustedes como pudo ser un entierro de 250 mil personas? ¿Cuántos camiones cargados de cadáveres echados en fosas profundas excavadas con máquinas gigantescas?
En Puerto Príncipe (epicentro) la destrucción es casi total. Casa de gobierno y casi todos los edificios públicos destruidos. Incontables casas de familias, negocios, total o parcialmente destruidos. 84 campamentos de «emergencia”, siendo el más grande de todos con 20 000 personas. Campamentos ubicados en los espacios libres dentro de la ciudad, en plazas y terrenos del Estado y en todos los rincones vacíos. Los servicios de agua comunes, servicios higiénicos provisorios.
Edificios de Iglesia destruidos
Catedral de la capital Puerto Príncipe (destrucción total).
Curia arzobispal hundida.
CIFOR: Centro Inter-congregacional de Formación de religioso y religiosas
Destrucción total o parcial del 90% de las parroquias en Puerto Príncipe. Dato curioso: las cruces construidas fuera y frente a las Iglesias no cayeron.
Seminarios Diocesanos destruidos
Casas de religiosas y religiosos destruidos
Villa Manresa destruida
Casa de los PP de la Santa Cruz mitad destruida (ahí me aloje cuando vine un mes antes del terremoto).
Muertes en el ámbito de la Iglesia institucional:
Mons. Serge Miot, arzobispo de Puerto Príncipe
Obispo auxiliar Mons. Benoit
Estudiantes CIFOR 16 muertos, entre ellos 10 Montfortianos en derrumbe total de CIFOR
Sacerdotes diocesanos: 4
Hijas de la Salle: 20
Hermanas Hijas de María: 35 (en su mayoría ancianas)
Hermanas de Santa Teresa: 5
Muchos no murieron, pero quedaron afectados severamente y para siempre
Análisis de la realidad global
Desde el terremoto no se ve ninguna reconstrucción del país, especialmente en Puerto Príncipe, donde fue el epicentro.
Los países que más han colaborado son Brasil, Venezuela (con combustible indispensable para generar electricidad), Cuba (especialmente con ayuda medica), Argentina y Chile. La ayuda es fundamentalmente para responder a las emergencias, pero se hace ineficaz si no hay un plan mínimo de desarrollo. Las grandes potencias del mundo rico no tienen la voluntad real de levantar Haití. Muchos piensan que quizás se está experimentando en Haití la posibilidad de hacer desaparecer pueblos pobres en el mundo. Se puede estar estudiando la capacidad de resistencia de un pueblo. Se busca saber si es posible destruir la memoria a nivel mundial de las grandes catástrofes en el mundo pobre.
El Presidente de la República Martely, asumió su cargo el 16 de marzo del 2011, pero todavía no ha logrado construir su gobierno, por aposición de las Cámaras Legislativas. Esta falta de conducción política hace mas ineficaz la ayuda internacional y la reconstrucción del país.
Hay unas 10 mil ONGs (algunos calculan 6 mil realmente existentes) que son muy dispares. No tienen mucha eficacia, más allá de atender emergencias.
Hay criticas parciales de corrupción, platas que no llegan o mal utilizadas.
Organismos civiles internacionales: Cruz Roja, Médicos sin fronteras, Centro de Cooperación Internacional para el Desarrollo, PNUD, OIM y muchos otros han tenido una presencia y actividad comprometida con la emergencia y un desarrollo incipiente.
MINUSTAH: «Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití”
Ejerce una función de control que desmoviliza y atemoriza al pueblo. Crea inseguridad y destruye una autoestima popular. Es una presencia molesta, que la gente no ama. En una pared leí personalmente un gran escrito que decía «Minustah y Cólera son dos hermanos gemelos”.
Mayoría del apoyo internacional todavía no ha llegado a Haití
No se invierte en desarrollo; el país no se levanta y vive en estado de emergencia hasta el día de hoy. El país está cada día más pobre y crece el sufrimiento del pueblo. El desempleo es del 80% o más. Pero muchos desempleados trabajan para resolver situaciones de sobrevivencia, que se reduce al mercado informal, callejero, mercado donde se venden todas las cosas usadas posibles para cualquier cosa. El mercado callejero bloquea veredas incluso calles. Es un mercado de sobrevivencia desesperada. Asegura la vida sólo de cada día. El pueblo haitiano en general es muy trabajador, pacifico y no tan corrompido como los países desarrollados.
Situación eclesial global
La Conferencia Nacional de Obispos está relativamente desarticulada. Hay un vacío profético y pastoral. Hay un clima de miedo de comprometerse en los asuntos nacionales e internacionales de emergencia y de ayuda al desarrollo.
Se multiplican las «sectas”, sin ninguna relación con las Iglesias ya constituidas a nivel nacional. En muchos poblados rurales y barrios de las ciudades hay más o menos 10 Iglesias sectarias por cada Iglesia católica. Esto confunde mucho y las sectas sacan mucha plata al pueblo, a cambio de milagros y exaltaciones carismáticas. Utilizan el vacío profético y pastoral de la Iglesia católica global y pública. Ciertamente hay algunos sacerdotes comprometidos material y espiritualmente con el pueblo.
Primer Encuentro de las Escuelas Bíblicas de Haití
Algunas referencias que resumí de un informe de Marta Boiocchi (del Movimiento claretiano), que refleja la situación eclesial y espiritual en Haití de consecuencias muy positivas a corto y largo plazo. Del 22 al 26 de Agosto se realizó este primer encuentro sobre todo de las escuelas bíblicas, otros movimientos bíblicos y Comunidades de Base. Estuvieron presentes 122 alumnos de 6 escuelas: Mons. Romero (primera y segunda promoción); Enrique Angelelli (para jóvenes y adolescentes de Kazal); Martin Luther King (escuela para hermanas y hermanos protestantes, también de Kazal); Berthony Pierre, una escuela parroquial de Lazil (Diócesis de Nippes); Bárbara Maix, una escuela diocesana (Diócesis de Jeremi) y por supuesto «Por la Ruta de la Palabra”, la escuela creada por los claretianos para fortalecer la animación bíblica de toda la pastoral. También estuvieron presentes representantes de la coordinación nacional de las CEBs, quienes se sintieron motivados para profundizar la formación bíblica de las comunidades y a fortalecer su Equipo Móvil.
Lema del Encuentro:
«NO HEMOS PERDIDO LA ESPERANZA. QUEREMOS AYUDAR A RECONSTRUIR HAITÍ CON LA FUERZA DEL EVANGELIO”
El obispo de la diócesis de Jeremi, Mons Dekòz (SJ), abrió el encuentro con una Misa muy participada, donde nos alentó y dio gracias por haber elegido su diócesis como sede de este primer encuentro nocional. El lugar del encuentro está a 10 horas de ida y otras tantas de regreso, en carros poderosos.
Mi tema lo titulé: «El camino del Espíritu Santo en el libro de los Hechos de los Apóstoles, en los orígenes del cristianismo y hoy en Haití”.
El libro de los Hechos nos muestra el camino del Espíritu; el Espíritu no solo como un don personal, sino como la fuerza de Dios dada a los discípulos y discípulas de Jesús para romper las barreras y muros que impiden que la Buena Nueva llegue a todas las personas, pueblos, culturas. Los discípulos frente al muro, pero también los que están detrás del muro, lo rompen con la fuerza del Espíritu. Así se hizo el camino desde Jerusalén hasta los confines de la tierra; desde Haití hasta los confines del Mundo Pobre y Olvidado.
Estuvieron acompañando el encuentro varias hermanas religiosas que llevan la Escuela en la Diócesis de Jeremi, y los padres Petyèl y Ternier. La ausencia de otros sacerdotes y religiosas nos muestra que el camino de la Palabra tendrá como sujetos y destinatarios fundamentalmente a las y los laicos.
Como proyección de este primer encuentro se ha propuesto la formación de una Comisión Nacional Ecuménica de las Escuelas Bíblicas, los coordinadores de las Comunidades Eclesiales de Base y otras redes bíblicas. El Servicio Bíblico Claret de Haití tendrá la misión y el desafío de continuar preparando materiales y acompañando a los equipos que van surgiendo.
Este encuentro marca un antes y un después en la Iglesia y en el pueblo de Haití. Para el Padre Petyèl, fundador de esta experiencia, le ha cambiado la vida y el sentido de su misión; para Gaston Kerby, pastor de la Iglesia Bautista, ha sido el encuentro más significativo en los 21 años que lleva trabajando en el movimiento bíblico de Haití. Para mi ha sido una de las experiencias mas fuertes en estos 20 años circulando por Centroamérica y El Caribe. Es ciertamente seguro que, si sostenemos con constancia y exigencia este camino, y rompemos los muros que sean necesarios, dentro de 10 años cosecharemos frutos preciosos de vida evangélica en la Iglesia y sociedad de Haití. Hemos demostrado que el terremoto no ha derrotado al Evangelio y a la fuerza demoledora del Espíritu Santo.
Tiene un significado extraordinario que la esperanza y la decisión de reconstruir Haití se inicie en la Iglesia Pueblo de Dios, que nace del Movimiento Bíblico Popular y de las Comunidades Eclesiales de Base a nivel nacional. Es la primera reunión de este tipo, después del terremoto y a nivel de todo el país.