La Iglesia universal (católica) no ha sido fundada por Jesús, sino se ha configurado entorna a Jesús. Jesús es el fundamento de las Iglesias locales sobre el cual sigue viva en el mismo espíritu que le impulsó a Él. Jesús era judío hasta el fin de su vida y así lo eran los primeros cristianos.
Independiente de las separaciones entre cristianos, que se han producidos por los hombres y su afán de dominio, la iglesia está presente donde dos o tres estén unidos por causa de Jesús ( ). El abandono de la fraternidad y la génesis de la jerarquía piramidal a partir del Emperador Constantino y reforzada por Teodosio constituye la gran traición de lo que Jesús ha querido.
Centrándose en la metáfora e interpretando interesadamente “Tu eres Pedro…” ( ), se pasó por alto directivas tan diáfanas como se las encontramos en Mt 20,20-28; 23,1-12;Mc 10,37-45; Mc 11,27-33. Lc 20,46-47; 22,23-27: Mt 23,7-12. 2-26; Mc 12,38-40. Jn 18-36: Jn 10,1-42; 13,14; 1Cor 9,19; 2Cor 1,24. Col 1,18. 1Pe 5,3 que descartan toda clase de dominio de unos sobre otros hermanos y hermanas.
Por eso desconfiemos a toda “nueva Evangelización” que no tenga su fundamente en el Evangelio de Jesús.
La evangelización tiene que comenzar por dentro y, si no se la da desde arriba, arranque desde las bases. Su característica llevará a los siguientes cambios en las estructuras, la pastoral y en la vida comunitaria en general. No se trata de una “nueva evangelización, sino de una renovada evangelización de acuerdo a la tradición originaria:
1. Las vocaciones tienen su origen en los “talentos” (Mt 25,15-25) los carismas (ICo 12,31: 14,1.12; Rm 12,8. ) dones gratuitos personales del Espíritu de Dios y sólo a Dios cada creyente ha de rendir cuenta sobre su empleo en servicio del cuerpo de Cristo.
2. Es la Iglesia como Pueblo de Dios que los descubre, promueve o elige como era la práctica en los albores del Cristianismo. Los criterios para acertar las encontramos en el N.T. : en la parábola del buen pastor (Jn 10), en los frutos (Mt 7,16-18; Jn 13,35; 1Tim 3,4-5) por medio del carisma de discernimiento a las que alude San Pablo en 1Tes 5,21: “Todo examinen y aténganse a los que (en consciencia) consideren auténtico”.
3. Cualquier forma de organización ha de ser marcada por el Primer Mandamiento: el amor como Jesús ha amado y que no se limite únicamente a la caridad, sino señalando a los causantes de la marginación, discriminación y miseria de grandes sectores del pueblo.
4. El sermón de la montaña es suficiente canon para el SER cristiano.
5. El Reino de Dios en el presente es la meta de la Iglesia, y no a revés: Ser luz para el mundo, sal de la tierra, fermento en la masa.
El mundo está en crisis a pesar de los millones de católicos. Ni el comunismo ni el capitalismo encuentran la paz » fundada sobre la verdad, construida con las normas de la justicia, vivificada e integrada con el amor, y realizada, en fin con libertad» (Juan XXIII en Pacem in Terris).
El mundo no lo puede dar, sabía ya Jesús. La Iglesia tiene la llave, pero ni ella misma entra, ni contribuye que otros puedan entrar. ¿Cómo, si no, es posible que justamente en países católicos, en comparación con mayorías protestantes, la corrupción y el atraso en solucionar la brecha entre y los pocos ricos y la masa de los pobres sea tan marcada? (ver Transparency International).
(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)