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EL HUFFINGTON POST | Por15/10/2015
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) se reúnen en Bruselas el jueves y viernes (15-16 octubre) para debatir sobre migración, «con énfasis en la cooperación con terceros países, las fronteras exteriores y los retornos». Traducido del lenguaje eurocrático, esto significa que hablarán de cómo conseguir que países como Turquía, Egipto o Túnez se queden con una buena parte de los que quieren llegar a Europa, debatirán sobre cómo cerrar Europa a cal y canto para los que llaman «inmigrantes económicos» y acordarán aumentar el número de deportaciones. Después de la solidaridad mostrada con los refugiados, «la UE pretende utilizar esa imagen de acogida como palanca para legitimar la expulsión decenas de miles de personas», advierte Peio M. Aierbe, miembro de la red Migreurop.
Traducimos algunos otros términos que manejan en Bruselas, porque después de la crisis griega y la de los refugiados, vamos a oír hablar mucho de deportaciones en los próximos meses:
MIGRANTES ECON?MICOS FRENTE A REFUGIADOS
«Vamos a ver cómo los mensajes emitidos por la UE refuerzan la distinción entre refugiados y migrantes voluntarios», explica con preocupación Maria Giovanna Manieri, responsable de políticas migratorias en PICUM (Plataforma para la Cooperación Internacional sobre Migrantes indocumentados). Como explica Manieri, aunque no procedan de países en guerra, a menudo huyen de la pobreza extrema y de la violencia estructural de sus países, y también se juegan la vida recorriendo rutas largas y peligrosas para llegar a Europa. Manieri cree que todavía «estamos a tiempo para cambiar la retórica». Explicar las razones por las que se van de sus países, su desesperación, y por qué deben ser bienvenidos: «Cómo contribuyen a la economía local, que no van a quitarnos el trabajo, etc». Aierbe recuerda que no sólo se verán afectados quienes intentan llegar, sino cientos de miles de personas que ya están aquí, «gente que ya tiene situación de arraigo, pero pierde el trabajo y pierde la regularidad, al margen de que lleve diez años en el país y tengan familia».
PAÍSES SEGUROS
Para acotar quién tiene derecho o no a pedir asilo, la UE trabaja en base a una lista europea común de lo que llama «países seguros», de forma que quienes no procedan de los que se consideran lugares de riesgo como Siria o Irak, no podrán acogerse a las leyes internacionales que les garantizan el derecho a un refugio. «¡El sistema es tan absurdo! Se están viendo cosas como que a los provenientes de Kabul (Afganistán) los rechazan porque estiman que es zona segura, al no estar en terreno controlado por los talibanes», asegura Aierbe.
MEJORAR LA EFICACIA DE LAS POLÍTICAS DE RETORNO DE LA UE
Cuando dicen «políticas de retorno» hablan de «deportaciones», según traduce Manieri. Para empezar, se expulsará a las más de 400.000 personas cuyas demandas de asilo han sido rechazadas en la primera mitad de 2015. «La Comisión Europea y el Consejo hablan de una necesidad de identificación rápida y retorno/deportación», lo que se traducirá en «personas que en menos de 48 horas serán deportadas a sus países de origen o a países con los que la UE tenga acuerdos bilaterales, como Turquía o Marruecos».
La Comisión ha elaborado dos documentos dirigidos a los Estados miembro para agilizar las expulsiones. Uno, más técnico, es un manual de 100 páginas que desde una perspectiva legal apela al respeto a los derechos humanos al aplicar la Directiva de Retorno. El otro, más político y con un enfoque de seguridad, es un plan de acción de 17 páginas en el que por ejemplo se insta a los Estados miembro a «hacer uso de la detención» y les otorga «flexibilidad» en cuanto a las «condiciones de detención» en situaciones que consideren de emergencia. Los países que no cumplan con su «obligación» de deportar serán sancionados.
HOTSPOTS
«Se asemeja bastante a campos de concentración», dice Aierbe. Son centros de registro y retención de los demandantes de asilo que Angela Merkel y François Hollande pidieron a Italia y Grecia que instalasen cuanto antes, y que preocupan mucho a las organizaciones humanitarias. En esos lugares será donde se preseleccione a quienes tienen opciones de recibir asilo y desde donde se devuelva de inmediato a sus países a quienes no. «La gente no va a poder salir de allí. Además, quien llega tiene derecho a una asistencia letrada, a un intérprete, pero todas estas garantías van a desaparecer en los hotspots porque en principio no habrá una decisión judicializada para cada persona».
REFUERZO DE FRONTEX
En los primeros nueve meses del año han llegado a Europa a través de sus fronteras exteriores 710.000 migrantes y demandantes de asilo. En todo 2014 fueron 282.000, según Frontex. Ante el objetivo de aumentar las expulsiones, que será proporcional al elevado número de llegadas, la UE ha decidido reforzar el mandato de este cuerpo de seguridad y subir su presupuesto.
Si en algo hay consenso entre los miembros de la UE es en que quieren reforzar la vigilancia en las fronteras exteriores, aunque falta que se pongan de acuerdo en las «modalidades» para hacerlo, mientras las organizaciones humanitarias se quejan de que la UE da más prioridad a la seguridad que a las personas. La propuesta de la Comisión, apoyada con fuerza por Francia, de crear un cuerpo de guardia europeo para ese control no convence a otras capitales, que ven con recelo ceder soberanía.
READMISI?N Y NEGOCIACIONES CON TERCEROS PAÍSES
Para Aierbe, hablar de «readmisión» es hablar de «chantaje y presión a países de la periferia, para que a cambio de ayudas económicas y visados -como exige Turquía-, acepten de vuelta a los migrantes que la UE expulsa». También significa «externalización del asilo y las fronteras a países circundantes». Para los que llegan, «es terriblemente problemático respecto a sus derechos». Para los expulsados, igual: «Está documentado que la situación en esos países no se ajusta a los derechos humanos, y les obligan a acogerles al margen de sus estándares». Los líderes de la UE van a exigir a los países con los que existen acuerdos de readmisión que agilicen este proceso y también colocar la política de retorno en la primera línea de los futuros acuerdos que se negocien con otros socios.
FONDO DE EMERGENCIA EN ÁFRICA
Hace tres semanas, los líderes de la UE asumieron el compromiso de contribuir a un fondo de emergencia para África por valor de 1.800 millones de euros, para en teoría reducir en el origen las causas que empujan a muchos a emigrar. «Cuando escuchas a Rajoy diciendo que ‘hay que ir a las causas’, dices, ¡caray, parece que nos ha comprado el discurso», cuenta con sorna Aierbe, que recuerda que el Gobierno «le ha dado un tajo del 80% a la cooperación y el desarrollo, y no puede decir ahora que lo fundamental es eso».
Para contribuir realmente en el desarrollo económico de esos países, la UE debería «cambiar radicalmente su política de cooperación y desarrollo». Para empezar, Europa no cuestiona las estructuras corruptas en esos países, y además buena parte de la ayuda se destina a «beneficiar a las empresas europeas». Con la política de readmisión y la firma de acuerdos con terceros países, la UE explora aplicar el principio de más por más como una de las fórmulas para condicionar las ayudas al desarrollo a la colaboración de estos países.