Los obispos están que trinan con la patronal mayoritaria de los colegios católicos, la Federación de Religiosos de la Enseñanza (FERE). El nivel del enfrentamiento queda patente en la última edición de la revista ultraconservadora ALBA, del Grupo Intereconomía, en la que se asegura que la asignatura Educación para la Ciudadanía (EpC) promueve la “estatalización, la difusión de corrientes como el relativismo o el consensualismo y la implantación obligatoria de la ideología de género”.
El secretario general de FERE, Manuel de Castro, asegura que los contenidos de EpC se adecuarán en sus centros a la Antropología cristiana tanto a través de los libros de texto como de los profesores que la impartan. En este contexto, FERE no entiende a los padres que quieren plantear la objeción de conciencia a EpC. Su oposición ha provocado una airada protesta de los obispos, quienes enviaron una carta a los centros católicos en la que les recordaba que no pueden “impedir cualquier medio legítimo” para que los padres defiendan la educación moral para sus hijos.
“Despotismo estalinista»
ALBA se ha apuntado a esta polémica con un amplio despliegue. El catedrático Pedro Juan Viladrich expuso que “es muy importante que un intento de dictadura ideológica y despotismo estalinista sea frenado de principio”. Aseguró que el Gobierno trata de “chantajear a la escuela privada que depende del dinero de los conciertos con el Estado”.
“Zoofilia, satiriasis, ninfomanía, etc”
Las opiniones más originales en ALBA recayeron en el profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha José María Martí, quien consideró que “el reconocimiento de la diversidad afectivo-sexual” podría incluir “conductas tan destructivas como: pedofilia, incesto, adulterio, zoofilia, satiriasis, ninfomanía, etc”.
El crimen: “llegar a la verdad por consenso”
Este pensador sin parangón, aseguró que EpC “impone una ideología en la escuela: a la verdad se llega por consenso”. Detectó también “el caldo de cultivo de las ideologías de la modernidad: racionalismo y consensualismo, así como muchos de sus brotes, como el laicismo, y concretamente su fisonomía actual-el relativismo-permisivismo político, que no sólo se impone, sino que también se opone, con los recursos de la maquinaria del Estado, a cualquier pretensión de la verdad”.
