Está próxima la afortunada desaparición del Cardenal Agustín García Gasco. Presento su renuncia por jubilación hace 2 años, y hasta entonces se ha alargado su mandato demasiado. Como obispo ha dejado que desear, y por lo que parece dicen los rumores que los auxiliares no le tienen demasiada simpatía.
Agustín García Gasco comenzó de vicario en Madrid con Tarancón, después se convirtió en obispo auxiliar en Madrid con Suquia, y de ahí salto de auxiliar a Arzobispo titular de Valencia, tras el fallecimiento por accidente de tráfico del Arzobispo Miguel Roca.
Estuvo ligado a la progresista Iglesia de Base, y según he sabido, en los inicios de su mandato allí, no dudo en acercarse a algún encuentro, donde descubrió que las adulaciones recibidas como auxiliar se convertían en peticiones y exigencias, normal tras un obispo demasiado conservador como Miguel Roca. Fue entonces cuando comenzó un lento viraje hasta convertirse en lo opuesto a lo que fue.
Del obispo anterior heredo su auxiliar Sanus, y este no le soportó y presentó su dimisión acusándolo de «deshacer la diócesis». Tal vez tuviera razón, o tal vez no. Lo que si dicen es que Roca hizo lo imposible por el seminario de Valencia, y a falta de datos, no puedo corroborarlo si así fue. La biografía tanto de Roca como de su antecesor García Lahiguera rebelan una gran atención de estos hacia el seminario diocesano, pero de Gasco es curioso que ni en la biografía de su diócesis brille en esto. Tan solo brilla en algo llamado teología a distancia, la cual se ve que hizo intensa promoción y desconozco que frutos dio. Estos son los datos estadísticos del seminario diocesano de Valencia:
1991–117
1992–108 Llega Gasco
1993–109
1994–100
1995–92
1996–88
1997–78
1998–73
1999–72
2000–83
2001–81
2002–90
2003–86
2004–75
2005–63
2006–45
2007–37
2008–33
Por lo que expongo, casi ha dividido por cuatro el número de seminaristas, y no he encontrado ningún Redemtoris Mater en Valencia ni nada por el estilo que pueda secuestrarle vocaciones. Valencia está muy poblada y es extensa, con semejantes cifras de seminaristas la diócesis se enfrenta a un futuro negro. Y más que exportar seminaristas como con Roca según dice su biografía, empieza a necesitar importarlos.
Se le ha venido catalogando como un clarísimo obispo del Partido Popular, pero esto es costumbre habitual en la prensa, aunque a mí por sus declaraciones me parece que tal vez no estén muy desafortunadas las críticas. Tampoco es que tenga mucho que alabar a los socialistas, pero es cierto que se ha apuntado con intensidad junto a Cañizares contra numerosas leyes del gobierno actual.
Lo que si creo es que una vez se haya ido, ojalá se dedique a la vida privada y deje respirar no solo a Valencia, sino a todos, que buena falta nos hace. En peor estado no ha podido dejar el seminario y la diócesis, aunque de continuar todo puede aun pasar.