Fundación bordado a mano: una eucaristía hecha libertad -- Olga Lucia Álvarez Benjumea ARCWP

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?ramos 30 personas, de las cuales 3 eran varones, quienes compartían con nosotras las ex-presidiarias la Eucaristía de fin de año, para celebrar nuestra libertad, y sobre todo agradecer la acogida que hemos recibido a través de manos tiernas y generosas, quienes nos han facilitado un techo para organizarnos y trabajar, tener un mercado semanal, pero sobre todo construir Comunidad, en apoyo mutuo, fraternal y solidario.

Las lecturas del Domingo, (11 Diciembre/11) Juan 1:6-8-19-28 fueron nuestro aperitivo para entretejer unidas con diferentes colores en Comunidad la reflexión que nos ayudaría a descubrir la presencia del Espíritu obrando dentro de cada una/o de nosotras/os.

Fueron ellas, las que prepararon la mesa (el altar), fueron ellas, las que hicieron las lecturas, fueron ellas, las que realizaron la reflexión bíblica popular y comunitaria, (homilía) fueron ellas, las que presentaron las ofrendas, ofrecieron los materiales y herramientas, con que realizan el ensamble de las chapas, los materiales de aseo, bisutería, pinturas y tejidos. Cada una de ellas, fueron expresando sus sentimientos y depositándoles en el altar. Son ellas las que hacen las oraciones de petición y agradecimiento.

Oran por lo niños, por las compañeras que aún están encarceladas. Oran dando gracias, por sus benefactoras/res. Oran por los enfermos, por los ancianos.Oran por los lideres espirituales de las iglesias.

Uno de los jóvenes presentes, espontáneamente pide si puede participar en la presentación de las ofrendas y echar el agua, en el vino. Para todos/as los presentes este actitud fue recibida con alegría y regocijo, ya que la celebración que realizábamos, es una celebración católica, plural e inclusiva, a nadie rechaza ni margina.

Todas las ofrendas y oraciones realizadas, fueron bendecidas, igual que el pan y el vino, todos/as los presentes pronunciado las palabras de la consagración; consagramos y llenos de regocijo y amor, a una sola voz exclamamos: ?Todo es tuyo, oh Dios, Padre y Madre y de lo que es tuyo te damos!??

Todas/os comulgamos, ninguno/a se sintió rechazado/a, ni por ser ex presidiaria, ni por ser mujer ó varón, ni por ser madre soltera, divorciada, ni por vivir en unión libre y mucho menos por su orientación sexual. La Ley de Dios no discrimina, no rechaza. Todo lo contrario; acoge, protege, defiende, sana.

Lo que estábamos realizando en nada coincidía, al igual que en el caso de Juan con las enseñanzas de los lideres religiosos de la época. Ninguno/a ?teníamos permiso?? para predicar y celebrar. Los títulos, códigos, normas, cánones dan poder. Esto solo interesa a quienes lo detentan. La actitud, la vida, el testimonio, el compromiso en comunidad, es lo que da autoridad.

Es el Evangelio, el que transforma, a quien lo escucha, con honestidad y sinceridad, Han sido las prostitutas, las ex presidirías, los homosexuales y publicanos, y todo aquel/lla, quien siendo rechazados/as humillados/s y marginados/as, serán quienes entraran al Reino de los Cielos, (Mateo 21:31) sin permisos, sin recomendaciones, sin palancas, sin campaña electoral, sin títulos.

Quienes han venido cuidando nuestra vida material, y siendo madres de familia, que aprecian y valoran la vida de todo ser humano, con su testimonio y compromiso, también han sabido cuidar de nuestra vida espiritual, ha sido a ellas a quienes la comunidad ha pedido que en esta ocasión, en el momento de la Comunión, sean ellas quienes nos den el; Cuerpo de Cristo; Pan del Cielo, la Sangre de Cristo; Cáliz de Salvación.

Terminada la Eucaristía no salimos en paz, sino llenas/os de gozo y alegría; a anunciar al mundo, el Evangelio: ?preparad el camino, del Señor??. (Isaías 40:3). AM?N.

Medellin, Diciembre 13/11