El nuevo embajador de España ante la Santa Sede cree que las relaciones entre el Vaticano y el Gobierno socialista han entrado en una nueva y más positiva etapa. Francisco Vázquez considera que su nombramiento fue una apuesta personal de José Luis Rodríguez Zapatero que él aceptó por su obligación de «servir a España» a pesar de su deseo de no abandonar A Coruña. El ex alcalde reivindica desde Roma el derecho de la Iglesia a no estar de acuerdo con las leyes que aprueba el Congreso de los Diputados, pero recuerda que su origen es un Gobierno, y un programa electoral, votado mayoritariamente por los españoles.
Francisco Vázquez Vázquez (A Coruña, 1946) es embajador de España ante el Vaticano desde febrero. ?l mismo admite que su nombramiento fue una apuesta personal de Zapatero para recomponer las desavenencias surgidas con la Santa Sede tras la llegada al poder del nuevo Ejecutivo, tarea a la que se dedica «en cuerpo y alma». Asegura que ya hay un clima de sincero diálogo entre ambas partes y se muestra convencido de que la próxima visita del Papa a Valencia «será un éxito para todos».
– ¿Cómo están las relaciones entre España y el Vaticano?
– Se han desbloqueado asuntos importantes como es el de la educación cuando se están debatiendo los reglamentos que desarrollan la LOE y ya está formada la comisión técnica que va a tratar la financiación de la Iglesia católica. Están en una situación de diálogo, siempre es importante.
-¿Con encuentros o desencuentros?
– En los últimos tres o cuatro meses no sólo se han desbloqueado problemas que estaban enquistados, hay una nueva actitud. La vicepresidenta Fernández de la Vega estuvo en Roma con ocasión de la proclamación del cardenal Cañizares y tuvo oportunidad de entrevistarse con el secretario de Estado, el cardenal Sodano que ha dado paso a un diálogo amplio y abierto. Hay opiniones divergentes en algunas cosas, pero eso es lo natural ¿verdad? Lo que sí hay ahora es una gran satisfacción por la visita de Su Santidad a Valencia, donde se ha hecho un esfuerzo para garantizar el éxito y para que se encuentre a gusto y cómodo para que guarde un gran recuerdo.
– ¿Considera que el contexto de desavenencias con el Gobierno pesará sobre la visita?
– El Papa viene a Valencia como Pontífice de la Iglesia universal y hablará al conjunto de los católicos de todo el mundo, reafirmando, explicando y defendiendo los principios y valores que conforman la fe católica, sobre todo en una cuestión tan importante como es la familia en el mundo de hoy, que es muy cambiante. La visita tiene un carácter ecuménico. Como los que ha hecho con anterioridad, son viajes que exceden del propio ámbito en el que se realizan.
– Sí, pero a un país en el que en poco tiempo se han legalizado los matrimonios entre personas del mismo sexo y el divorcio express. ¿Qué opinión ha pulsado al respecto en el Vaticano?
– ¡No son temas que agraden a la Iglesia!, pero hay leyes similares en Bélgica, en Holanda, no es una cuestión exclusiva española. Ahora en Italia hay una gran polémica sobre todo esto. Son leyes ya aprobadas hace un tiempo y que en cualquier caso son consecuencia de un programa electoral votado por los españoles. En el caso del divorcio express, es más una cuestión de procedimiento que de fondo porque el divorcio se aprobó en plena Transición. Sobre el matrimonio de personas del mismo sexo, pues, no ha agradado …
– Es usted muy diplomático…
– Fíjese, la voluntad que hay ahora, superado ya todo esto, es la de buscar las coincidencias, los encuentros y el diálogo. Eso lo he percibido perfectamente en el Vaticano y el instrumento es el Concordato. Y ese es el deseo del Gobierno, que la Iglesia se vea reconocida y amparada en el derecho de los padres a que puedan enseñar religión a sus hijos o que se vea retribuida en la gran labor social que desempeña. En el Vaticano ha agradado mucho el compromiso del presidente del Gobierno, así se lo trasladé a Su Santidad, de que en ningún caso va a haber nueva legislación de aborto y eutanasia.
– ¿La clave de todo no está en garantizar un sistema de financiación?
– Sí. Ahora hay una comisión técnica que está trabajando en esta materia. Hay vías alternativas a la actual. La vía italiana, por ejemplo, que es una modalidad satisfactoria para la Iglesia como para el Gobierno; la vía portuguesa, la fórmula alemana, aunque tiene dificultades de aplicación por la legislación española. Pero, vamos, hay ese deseo de reconocer y compensar la función de asistencia social y, en definitiva, de caridad que realiza la Iglesia; eso el Gobierno lo reconoce y lo ampara. Ahora bien, habrá que debatirlo. Después hay dificultades colaterales que no corresponden ni a la Iglesia ni al Gobierno, como la legislación de la Unión Europea sobre impuestos del IVA y otros.
– ¿La visita de la vicepresidenta Fernández de la Vega al Vaticano fue determinante?
– La visita fue muy importante; desbloqueó todo. Fue todo un gesto acompañar al cardenal Cañizares en su investidura por el Papa, que por cierto fue el cardenal que estuvo arropado por la más alta y numerosa representación institucional. El papel que está desempeñando la vicepresidenta es clave como coordinadora de todo los asuntos relativos a la Iglesia, junto con sus encuentros con la Conferencia Episcopal y los cardenales Cañizares y Rouco. Y en Roma estoy teniendo una presencia muy activa ante la Curia y los dicasterios, escuchando y explicando que es la función de un embajador, ser puente.
– ¿Se plantea en el horizonte un nuevo Concordato?
-No, no necesariamente …
– Pero se reprocha que fue negociado antes de aprobar la Constitución.
– Sí, pero los acuerdos de aplicación con la Santa Sede se desarrollan después de entrar en vigor la Constitución y que modifican sustancialmente el Concordato. Yo le doy mi opinión clara: no creo que sea necesario renegociar ningún nuevo acuerdo, ningún nuevo Concordato con la Santa Sede. Desde luego, el Gobierno no tiene esa intención. En todo caso, el Gobierno se somete a lo que considere el propio Vaticano, que tampoco considera necesario modificar los actuales acuerdos porque valen. Lo que hay que hacer es aplicarlos e interpretarlos correctamente. Creo que no sería conveniente reabrir este nuevo debate sobre las relaciones entre España y la Santa Sede.
– ¿Tiene un significado especial el hecho de que, tras Alemania y Polonia, España sea la siguiente visita?
– La designación de Valencia para este encuentro se decidió antes de la elección de Benedicto XVI. De cualquier forma es significativo que España sea el destino de uno de sus primeros viajes. Creo que causará una gran impresión a todos los españoles. Es una persona de una gran categoría intelectual y un Papa bueno. Su mirada refleja la limpieza de su alma, una gran afabilidad, y sus palabras siempre buscan la concordia. Será la primera vez que desde fuera de Roma realice un acto ecuménico, para todo el mundo, y eso será en Valencia.
– ¿Qué ha cambiado en el Vaticano en los últimos 15 meses?
– Sobre todo, hay que seguir muy atentamente las homilías del actual Papa. Ese es el cambio más importante. Cuando habla, en las audiencias de los miércoles o en el ángelus de los domingos no se limita a dar la bendición y comentar un par de cosas de actualidad; no. En todas sus intervenciones públicas siempre lanza un mensaje de fondo, bien sobre el amor, bien sobre la idea de Dios en el mundo actual o el concepto teológico de la creación. Siempre y cuando digo siempre es en todas sus intervenciones. Y no es que el hábito haga al monje y que yo sea ahora el embajador ante el Vaticano. El contenido de sus mensajes me llama poderosamente la atención, y la visión tan clara que tiene del mundo actual. Por ejemplo, la continua descristianización que está sufriendo Europa.
– ¿Habrá que seguir atentamente sus dos principales intervenciones en Valencia?
– Sin duda alguna, y no sólo los católicos. El Papa es un líder moral reconocido en todo el mundo, por católicos y no católicos.
– ¿Su nombramiento fue una especie de bálsamo?
– Mire usted, es una decisión personal del propio presidente del Gobierno en la cual, como dijo y así se lo transmití a Su Santidad, ha querido expresar su buena voluntad de buscar diálogo. Para ello ha buscado a un veterano dirigente de su partido que nunca ha ocultado su condición de católico. Yo acepté el cargo pese al desgarro personal de dejar mi querida ciudad de La Coruña y la alcaldía. Yo soy un municipalista convencido, pero no me podía negar a servir a España en una misión que me encargaba el presidente. Y ello me dedicaré en el futuro en cuerpo y alma.
– ¿Piensa que la Conferencia Episcopal está siendo «beligerante» con el Gobierno?
– En una democracia tenemos que acostumbrarnos todos a escucharnos y a respetarnos. Lo que no se puede pretender tampoco es que la Iglesia no pueda dar su opinión, ¿eh? En ese sentido, como laico, soy muy respetuoso con ese derecho que tiene la Iglesia. Lo que pasa es que, después, creo que en algunos aspectos, sobre todo formales más que de fondo, la Iglesia tiene que evitar el ser utilizada o manipulada. Me da la impresión que desde la oposición al actual Gobierno a veces se intenta utilizar a la propia Iglesia o aprovechar los contenciosos que la Iglesia tiene con el Gobierno para arrimar el ascua a su sardina y para agitar banderas de crispación, en una España que desde Roma se ve a veces excesivamente crispada.
– Por ejemplo ¿a través de la cadena radiofónica COPE?
-Sí. A veces es difícil entender, ¿verdad?, que muchas cosas que se dicen, el tono con el que se dicen, por lo ofensivo que en ocasiones pueden resultar las palabras. Sobre todo, desgraciadamente, y lo voy a decir sin cortapisas, por las mentiras y desinformaciones que se dan, pues que ese medio de comunicación esté vinculado a la Iglesia católica. A veces eso es difícil de entender y no ayuda mucho, y pone baches en el camino. En ocasiones uno dedica mucho tiempo y un gran esfuerzo a conseguir acercamientos, diálogos y acuerdos, pues con una simple frase, con una mentira o con una media verdad se retrocede. Creo que es un tema que no lo acabo de entender y que la Iglesia lo debe reflexionar. Y, ¡créame usted!, no agrada en el Vaticano; y cuando lo digo, lo digo a conciencia de lo que digo. Hace pocos días el Vaticano ha intervenido en una emisora católica en Polonia que predicaba un mensaje antijudío y racista. Respetando la libertad de expresión, hay ciertos excesos que no son buenos, sobre todo cuando se ligan a un medio propiedad de Conferencia Episcopal.
– ¿Qué importancia tiene la entrevista entre el Papa y Zapatero en Valencia?
– Un encuentro personal siempre es importante porque servirá para intercambiar opiniones y para conocer mejor las preocupaciones de unos y de otros. Además, al final se incorporará la vicepresidenta Fernández de la Vega por expreso deseo del Papa porque quiere saludarla y conocerla, además de la familia del presidente. Por supuesto, también con los Reyes.