La mañana del 21 de enero de 1998 era luminosa, los habitantes de La Habana aguardaban el arribo de Juan Pablo II y se sentía la electricidad expectante. En el aeropuerto, se encontrarían dos colosos del siglo XX. El reloj se detuvo a las 15:59 horas cuando se vio a lo lejos el perfil del avión de Alitalia disponerse a aterrizar. Fidel Castro vestía elegante un traje oscuro que contrastaba con el blanco de Karol Wojtyla. Fidel erguido, mientras Juan Pablo acusaba el deterioro de la edad y enfermedades. ··· Ver noticia ···