Enviado a la página web de Redes Cristianas
Al fin salgo al balcón para aplaudirnos
a nosotros y aquellos que nos cuidan
aplaudimos a los vivos por vivir
y a los entrevivos por sobrevivir.
Aplaudimos incluso a los difuntos
por su asunción del límite y frontera
aplaudimos también la buena muerte
para que nos acoja eternamente.
Mientras nos preguntamos por qué todo
aplaudir es batir palmas por algo
que queremos y alguien que más queremos:
juntar las palmas y juntar las almas.
El aplauso como un pulso a este tiempo
es batirse contra el abatimiento
frente a este virus y su contratiempo.
También marcamos un pulso al espacio
vacío y destemplado algo siniestro:
este exilio interior y este desierto.
Desistir y arrugarse es nuestro veto
resistir y asumir es nuestro reto
con amor con cuidado con respeto.
(Como dice nuestra canción coral
resistiremos juntos en plural).