EVANGELIO DE LIBERACI?N. Daniel F. Álvarez Espinosa

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La Voz de Cádiz

Teolog?­a de la liberaci?³n.jpgLa espiritualidad no sólo es cuestión de dogmas, cultos, instituciones religiosas, manipulaciones políticas y discursos teológicos legitimadores del orden establecido (el negocio de la religión en el Mercado). Resulta obligado señalar el papel que desempeñan las religiones en las revoluciones y transformaciones sociales. En este aspecto, hay que destacar el II Foro Mundial de Teología y Liberación (FMTL) que se celebró en Nairobi (Kenia) durante el pasado mes de enero. Más de 250 personas de los cinco continentes se reunieron entorno al tema Espiritualidad para otro mundo posible. Muchos creyentes y movimientos religiosos comprometidos en las luchas populares por la liberación y en ambientes donde reinan la marginación y exclusión social (suburbios, desempleo, esclavitud), hicieron oír sus voces y aportaron el caudal de sus experiencias.

Los FMTLs se han convertido en acontecimientos socio-religiosos de gran relevancia internacional. En sus inicios, los Foros Sociales Mundiales (FSMs) apenas otorgaban importancia al elemento religioso, no se valoraba a las religiones como factor de cambio. Pero surgió el I FMTL en Porto Alegre (2005) y se demostró que la globalización neoliberal no había engullido a la espiritualidad evangélica. En Brasil se sentaron las bases para continuar la Teología de la Liberación (TL).

No está muerta, ni mucho menos. Más internacional que nunca, se ha extendido por los cinco continentes en su intento por dar una respuesta, creativa y evangélica, a los desafíos de nuestro tiempo. Es muy revelador que el lugar de celebración del II Foro haya sido África. Por un lado, confirma el carácter universal que pretenden ser estos encuentros. Por otro, señala su compromiso con el continente negro, una de las principales víctimas de la religión del Mercado: el neoliberalismo. África no quiere ser una periferia, explotada, de la globalización, ni una pieza marginal del sistema económico mundial.

Muchas lecciones nos ha legado Kenia. La fundamental, su advertencia contra el simplismo y la falta de conocimientos en que incurren muchas veces las religiones. La realidad es terca, opaca y cerrada. Para poder descifrarla, el método de la TL constituye un intento riguroso por articular las ciencias sociales con la reflexión teológica. Parte de un análisis, histórico y dialéctico, de la realidad socioeconómica y política, en este caso, de la globalización. Un análisis hecho desde la experiencia de vida de las víctimas (los nuevos «maestros de la sospecha», en palabras de J. Sobrino), desde una mirada a la realidad mundial con los ojos de los pobres (la globalización los margina) y desde un lugar social muy concreto (África).

Pero no podemos quedarnos en la inoperante teoría; el estudio previo debe llevar a la transformación de la realidad, a una acción motivada evangélicamente, encarnada en la realidad del sufrimiento humano, que haga efectivo el compromiso con las causas de los marginados. El análisis socioeconómico, en este caso, sirve como base para elaborar una reflexión teológica contra la lógica mercantilista del capitalismo. Y utiliza una razón, la compasiva, para realizar una opción específica: la de los pobres y excluidos, donde se manifiesta el misterio de Jesús. Una preferencia que hace prevalecer evangélicamente al Dios (de la Vida) frente al capital (ídolos de muerte).

Para combatir la religión del Imperio, que se apropia del Dios cristiano para instrumentalizarlo a su servicio e integrar sus valores dentro del sistema económico, la TL opone una espiritualidad real, encarnada, comprometida y solidaria, inseparable de la justicia y la liberación.

Estamos asistiendo a un fenómeno nuevo en la lucha contra el neoliberalismo: la convergencia de resistencias de mucha gente comprometida en proyectos de desarrollo y movimientos de liberación (indígenas, campesinos, trabajadores, intelectuales, ecologistas, feministas), de todos los que buscan alternativas al modelo único de organización económica imperante partiendo de las reivindicaciones de los oprimidos. En definitiva, del empeño por crear un nuevo sujeto histórico plural. Pero las buenas intenciones no bastan para crear esperanzas sólidas. El gran desafío que se presenta para los siguientes FSMs es encontrar la vía más adecuada para pasar de una conciencia colectiva a la acción, para dar el salto de una toma de conciencia crítica a la praxis transformadora.

Es patente el descenso de la práctica sacramental en los cristianos y la falta de vinculación de la feligresía a las parroquias. La cultura posmoderna practica la indiferencia y respeta a todas las religiones. Puede que sea más prudente, y evangélico, cuestionar las instituciones (el Espíritu sopla con fuerza fuera de ellas), sobre todo cuando contribuyen a la opresión del pueblo. La sociedad actual demanda llevar a cabo análisis científicos que permitan discernir qué movimientos religiosos esconden elementos alienantes dañinos o diabólicos y cuáles son liberadores.

Algunos ofrecen consuelo psicológico (mucha gente busca a Dios no porque éste sea pobre sino porque es religiosa) pero no van a las raíces de los problemas (el peligro de evasión siempre está latente en lo espiritual mediante su privatización y despolitización). Por eso mismo, no pueden dar respuesta a las cuestiones más acuciantes. Se hace necesario vincular la espiritualidad con los derechos humanos y la justicia.

Hacer un compromiso con los movimientos sociales que trabajan contra la exclusión. Y llevarla a la práctica desde varios presupuestos: opción por los pobres, perspectiva de género, horizonte ecológico, sentido ecuménico, diálogo interreligioso, metodología histórica y carácter interdisciplinar. El II FMTL constituye un punto de partida en la globalización de las luchas de resistencia al neoliberalismo, al Imperio y a los sistemas mundiales de dominación económica, en la construcción de otro mundo posible.

DANIEL F. ÁLVAREZ ESPINOSA ES MIEMBRO DEL GRUPO DE ESTUDIOS DE HISTORIA ACTUAL DE LA UCA. AUTOR DEL LIBRO ‘CRISTIANOS Y MARXISTAS CONTRA FRANCO’

A.U.G