Europa – Más años para jubilarse y menos dinero: Crisis de las pensiones privadas -- Ernesto Tamara

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Argenpress

(BAR?METRO INTERNACIONAL, especial para ARGENPRESS.info)
Los fondos de pensión privados, en picada tras la crisis financiera del 2008, presionan a los gobiernos para que privaticen los fondos de pensión estatales que aún se mantienen, y aumenten la edad de jubilarse para no tener que comenzar a pagar las prestaciones sociales. Los tiburones financieros quieren todo para ellos.

Hace unos días, unos tres millones de franceses salieron a las calles en 230 marchas por todo el país, en lo que fue la quinta protesta del año contra la iniciativa del presidente Nicolas Sarkozy de aumentar la edad de jubilación. Los sindicatos españoles han logrado frenar por ahora una propuesta similar, aunque el presidente del gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero dijo que una medida de ese tipo será ?necesaria?? en el futuro inmediato y que podría ser presentada antes de fin de año. También el gobierno conservador sueco analiza la posibilidad de aumentar la edad de jubilación.

Ni un solo euro del abultado déficit público español que tanta alarma provoca en los mercados, se debe al sistema público de pensiones, que sigue en superávit. Y lo mismo sucede en la mayoría de países de Europa. Sin embargo, la predica de los fondos privados gana adeptos en varios gobiernos que insisten en el argumento de que de otra manera no se podrían pagar las jubilaciones ya que aumenta el número de pasivos en relación con los que trabajan. Sin embargo, diversos estudios señalan una curiosa coincidencia: cuando más dinero pierden los fondos de pensión privados, más se reclama privatizar los fondos que aún permanecen en el Estado, y aumentar la edad de jubilación.

Esta situación viene siendo observada por analistas económicos ya desde los años 90, que destacan que al mismo tiempo que los fondos de pensión privados se acercan a una crisis de enormes proporciones, los fondos que permanecen en el Estado, gozan de muy buena salud.

A principios de los 90, un informe de la OIT advertía que el 80 por ciento de los trabajadores del mundo podrían quedar sin recibir sus jubilaciones antes la escasa rentabilidad de los fondos de pensión y la crisis en muchos de ellos. En algunos países se intentó legislar para limitar las especulaciones con los fondos privados, obligar a esas empresas a invertir de manera segura y no especular en la Bolsa con el dinero de los trabajadores, sin embargo el modelo económico liberal exigió mayor libertad y los fondos de pensión se invirtieron de cualquier manera.

El modelo neoliberal impulsado en los años 80 y 90 ?convenció?? a los gobernantes que era mejor volcar a la inversión ?con la excusa que iban a promover trabajo y obtener ganancias para las futuras pensiones- los fondos que acumulaban los trabajadores, que hacerlos dormir en una banco o que fueran aprovechados por los Estados para sus inversiones o pagar las cuentas públicas.

Pese a ello ya había instituciones públicas e internacionales que advertían sobre los problemas de los fondos de pensión privados.

En un documento de 2003, de una reunión de ministros de Trabajo de los entonces 13 miembros de la Unión Europea que analizaba el ingreso de nuevos países, destacaba que en esos países, la mayoría de la ex Europa del Este, ?el cambio propuesto de una financiación de reparto de los sistemas nacionales de pensiones, a un nuevo sistema obligatorio de cuentas individuales gestionadas comercialmente, en el que cada trabajador ahorra con vistas a su propia jubilación, plantea problemas para la población en general. Las primeras experiencias en este sentido llevadas a cabo por varios países de Europa central a finales del decenio de 1990 ponen de manifiesto que estas reformas resultan onerosas administrativamente y tienden a generar gastos administrativos elevados y un rendimiento real negativo de los ahorros de los trabajadores. Además, no constituyen un medio eficaz para estabilizar la financiación de las pensiones. El cambio del sistema de reparto al de la financiación anticipada no evita el reto del envejecimiento», concluyó el estudio.

El informe advertía además que la solución a la financiación de los fondos de pensión estaba en el marcado de trabajo, incorporar más trabajo, aumentar la productividad, etc.

«Las soluciones se encuentran en el mercado de trabajo, no sólo en el sistema de pensiones», aseguró Elaine Fultz, especialista de la OIT en seguridad social. En el estudio se proponen como posibles opciones la adopción de políticas de mercado de trabajo de mayor flexibilidad encaminadas a impulsar el empleo, las inversiones en formación y tecnología para elevar la productividad, las políticas favorables a la familia y la inmigración para ampliar la población activa. Claro que para no dejar a los fondos sin su pedazo de torta, también proponía ?motivar y permitir a los trabajadores de edad avanzada que se mantengan como miembros de dicha población activa o se jubilen gradualmente??.

27% del PIB mundial

Tras la expansión de los fondos de pensión privados en el mundo, se acumuló una enorme masa de capital que comenzó a ser usada para especular.

Así, hasta el pasado año, los fondos de pensión privados en el mundo lograron manejar 12,7 billones de euros, el equivalente al 27 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) del mundo. Esta enorme fortuna era, y es, manejada por empresarios que no tienen nada que perder si desaparecen mientras ellos juegan en la Bolsa. Tras la crisis financiera de 2008, esos fondos de pensión, que ya en muchos países estaban en crisis, sufrieron pérdidas brutales.

En Estados Unidos, donde los fondos privados acumulan un patrimonio que supera los siete billones de euros, la crisis ya ha estallado. El economista Joshua Rauh advierte que «vamos hacia una crisis de proporciones monumentales», y pone como ejemplo el caso del Estado de Illinois. Su agujero es tan grande que, según sus cálculos, incluso en el caso de que sus fondos privados lograran retornos del 8% anual una cifra que hoy parece quimérica sólo podría aguantar como mucho hasta 2018. Es decir que después no habrá dinero para pagar pensiones o jubilaciones. Otro ejemplo es el caso del fondo de pensiones privados de los profesores de California, (Calstrs) que presenta un déficit de 43 mil millones de euros. Según Rauh, hay un mínimo de 31 Estados en EEUU amenazados de quedarse pronto sin dinero para pagar las pensiones prometidas por su sistema privado de capitalización. La situación es más grave en Estados Unidos ya que la mayoría de los trabajadores aporta a los fondos privados, sólo el 25% de los trabajadores cotizan en la Seguridad Social.

Ante esta situación, los directivos de los fondos de pensión privados reconocen que sólo podrán recuperarse en parte si el sistema público les cede su parte del mercado. Sólo en 2008, los fondos privados en el mundo perdieron el 18,3 por ciento de su valor y prácticamente abarcó a todos los países. Pérdidas del 37% en Reino Unido, el 27% en Canadá, el 20% en EE.UU, el 9% en España, y así en todo el mundo.

Crisis en España

Un informe del periodista Pere Rusiñol, del diario Público de España, revela que en el primer trimestre de este año, de los fondos privados de pensión de ese país, se ?evaporaron 2.696 millones de euros??, según datos de la patronal española Inverco.
Asimismo, en un informe de esa misma patronal, El impacto de la crisis económica y financiera en la inversión colectiva y en el ahorro-previsión, elaborado por Analistas Financieros Internacionales, reclama del gobierno para que los trabajadores tengan la opción «de llevarse una parte prefijada de las cotizaciones pagadas al sistema público a un esquema obligatorio de pensiones privadas de capitalización». Y deja muy claro y de forma reiterada que el sector no crecerá mientras el sistema público siga siendo tan bueno: «El que las pensiones públicas sustituyan en porcentajes muy elevados a los salarios previos a la jubilación implica que hay poco margen para la expansión de las pensiones privadas», lamentan sus autores.

Otro analista, Pablo Fernández, profesor de Finanzas del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), de España y abierto defensor del neoliberalismo, ha destacado que los fondos de pensiones en su país tienen un problema estructural de rentabilidad que es muy anterior al estallido de la crisis. Citado por Rusiñol en Público sostiene que de los más de 3 mil fondos privados de pensión del país «sólo uno de los fondos de pensiones del sistema individual con 15 años de historia tuvo una rentabilidad superior a la del bono español a 10 años; sólo cinco de los 800 planes con 10 años de historia y dos de los 1.939 planes con cinco años de historia tuvieron una rentabilidad superior al Índice de la Bolsa de Madrid».

A juicio del economista, «el decepcionante resultado global de los fondos» se debe a la composición de las carteras y a la gestión activa. Pero, sobre todo, a las elevadas comisiones que se embolsan los gestores. Según sus cálculos, sólo en 2009 se comieron 1.013 millones de euros de los fondos de pensiones en comisiones.

Al 31 de diciembre de 2009 había en España 10,9 millones de partícipes en planes privados de pensiones con un patrimonio conjunto de 84.000 millones de euros y repartidos en 3.308 planes de pensiones. Pero no sólo España aparece con problemas. Muchas naciones europeas están recortando las pensiones. Suecia por segundo año consecutivo anuncia rebaja en los montos de las pensiones, tanto privadas como estatales. La semana pasada Holanda se encontró con la novedad de que los cinco principales fondos del país incluido ABP, que con un patrimonio de 229.000 millones de euros es el tercero del mundo, anunciaron que se ven obligados a recortar las pensiones prometidas a sus jubilados.

Privados contra las regulaciones

Un informe de la OCDE de julio pasado mostraba «preocupación» por «los resultados a largo plazo» de estos fondos. Y advertía de que deberían lidiar con «nuevos retos», más allá de la crisis: «la retirada de la generación del baby-boom, incertidumbre sobre la fortaleza de la recuperación, la debilidad del mercado de bonos y posibles cambios en la regulación de los mercados financieros».

El informe de la OCDE que coincidió con el lanzamiento por parte de la Unión Europea de su enésima exigencia para que los Estados miembros aplacen la edad de jubilación, también detallaba los instrumentos que utilizan los fondos privados de pensiones para tratar de tapar los agujeros financieros. Entre estos, las denominadas «inversiones alternativas» que fueron justamente las que provocaron la actual crisis y que algunos gobiernos quieren regular.

Precisamente para evitar esa regulación, los lobystas de los fondos de pensiones privadas reclaman contra la regulación ya que, sostiene, eso podría perjudicar a las futuras jubilaciones al impedirles ganar dinero en la especulación.

Al mismo tiempo mantienen la presión para que el Estado ceda aunque sea parte de las pensiones en sistema solidario estatal a los fondos privados: «El escenario que se promueve es el anglosajón, donde se fueron reduciendo las pensiones públicas para hacer inevitable el complemento privado», explicó Miren Etxezarreta, catedrática emérita de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).