Enviado a la página web de Redes Cristianas
Veo que nos quedamos solos quienes argumentamos en esta dirección. Pues está visto: todo discurrir, mejor dicho, cualquier no discurrir, sino toda parrafada, parecer, comentario o juicio de valor se atienen al mismo patrón del pánico: nada se modula. Todo pasa mediáticamente por contar contagiados, curados y fallecidos y dar consejos profilácticos. A nada se pone objeción que no sea resaltar las deficiencias sanitarias. No se puede razonar. La obsesión y la psicosis consisten justo en eso…
Los poderes y los medios parten de la idea invariable, por lo tanto, ya digo, la obsesión, de que estamos ante la plaga de una devastadora enfermedad incurable y no ante el ciclo de una enfermedad contagiosa recurrente (más o menos natural o artificial) que troncha sobre todo la vida de quienes estaban próximas a su fin y que con seguridad lo deseaban. Como si no fueran pandemias, aunque la Medicina no les ponga esa etiqueta, otras causas persistentes de muerte. Pues ¿acaso no son pandemias fijas el cáncer o el suicidio, las muertes de tráfico, por alcohol o por tabaco, etc,, y sin embargo la sociedad, las sociedades, conviven impasibles con ellas, como algo natural que forma parte de la propia vida y de la suerte?
Aparece esta temporada una variante de gripe más contagiosa, lo mismo que otras no lejanas, como la ?bola, la Asiática o la Aviar… y el mundo, el poder político, el poder médico y los medios, como si estuviésemos ante otra de las pestes mortíferas de la historia que no distinguían edades, se vuelven literalmente loco y pasan súbitamente a tomar medidas extremas, a hablar y a expresarse como si estuviésemos en la guerra final, y se le mete a todo el mundo en casa…
¿Somos ?conspiraparanoicos??, o somos personas que no se dejan avasallar por las continuas tretas del poder numerosas veces comprobadas? ¿No es todo esto altamente sospechoso de maniobras, de argucias, de intenciones tramposas, de una conjura del poder occidental, con uno o varios objetivos que ya irán saliendo a flote cuando acabe esta cuarentena insoportable por carecer de sentido y convicción?
Aquí la cuestión más descollante empieza a ser un desafío para la posteridad: ¿quiénes están más trastornados, si todos cuantos forman parte del poder médico, político, militar, policial y mediático y quienes les siguen, o quienes fríamente estamos contemplando esto como una perturbación gravísima social de la psicología colectiva atrapada en la globalización, más propia de la bioquímica de una, como todas, guerra absurda que de la pandemia de una enfermedad espantosa, como la peste bubónica o la lepra?
25 Marzo 2020