Enviado a la página web de Redes Cristianas
Victoria legítima, positiva y laudable, la del demócrata Joe Bilden. Pero victoriosos fueron también otros presidentes de su Partido y, bajo su gobierno en el tiempo posterior a la segunda guerra mundial, Estados Unidos se ha establecido como el imperialismo más poderoso del planeta Tierra.
Y para asegurarlo , ahí están sus 500 Bases estratégicamente implantadas en todo el mundo. ¿O están allí magnánimamente, con el propósito de ayudar para promover la democracia, garantizar los derechos humanos, impulsar el bien y prosperidad de los ciudadanos sobre todo de los más marginados, discriminados y empobrecidos?
Conocido el resultado de las elecciones de Estados Unidos, hay motivos para celebrar la victoria de Joe Bilden frente al fracaso de Trump. El cambio es positivo, sin que por ello pierda verdad el MANIFIESTO que desde el conocimiento y la responsabilidad, que le otorgaba su cargo en la ONU, hizo Miguel d´Escoto. Su manifiesto pone el dedo en la llaga sobre la desigualdad social, que a grandes rasgos, es causada por las políticas internacionales , lideradas tantas veces por Estados Unidos. Y el alzarlo ahora ante el nuevo presidente , lo volvería a hacer el canciller de Nicaragua con la esperanza de que le pueda servir –a él y a su equipo- para dar un nuevo rumbo a su política internacional.
¿Cabe, pues esperar que el nuevo presidente Joe Bilden y su equipo cumplan con los principios de la ONU, “que admitan comportarse como una nación más, en plano de igualdad y resolver los conflictos pacíficamente sin recurso a las armas”.
Pero, no soy yo sino el obispo de Melbourne Beach (Florida), Robert Bowman, quien le escribe al presidente Clinton una carta, publicada en el National Catholic Reporter del 2 de octubre de 1998 con el título: ¿Por qué es odiado Estados Unidos?
Dice así:
«Usted ha dicho que somos blanco de ataques porque defendemos la democracia, la libertad, los derechos humanos. ¡Eso es absurdo! Somos blanco de terroristas porque, en buena parte del mundo, nuestro gobierno defiende la dictadura, la esclavitud y la explotación humana. Somos blanco de terroristas porque nos odian. Y nos odian porque nuestro gobierno hace cosas odiosas. ¡En cuántos países agentes de nuestro gobierno han destituido a líderes escogidos por el pueblo cambiándolos por dictaduras militares fantoches que querían vender su pueblo a sociedades multinacionales norteamericanas!
Hemos hecho eso en Irán, en Chile y en Vietnam, en Nicaragua, y en el resto de las «repúblicas bananeras» de América Latina. País tras país, nuestro gobierno se opuso a la democracia, sofocó la libertad y violó los derechos del ser humano. Esta es la causa por la cual nos odian en todo el mundo. Por esta razón somos blancos de los terroristas.
En vez de enviar a nuestros hijos e hijas por el mundo a matar árabes y obtener así el petróleo que hay bajo su tierra, deberíamos enviarlos a reconstruir sus infraestructuras, beneficiarlos con agua potable, alimentar a los niños en peligro de morir de hambre. Esta es la verdad, señor Presidente. Esto es lo que el pueblo norteamericano debe comprender».
• Sirve a idéntico objetivo esta otra Carta dirigida a:
Su Excelencia, Presidente Barack Obama La Casa Blanca
12 de marzo 2015
Estimado Presidente Obama,
Le saludamos como a un hermano en Cristo Jesús nuestro Señor, con amor y respeto, en cumplimiento del mandato que debemos amar incluso a aquellos que, como enemigos, se comporten contra nosotros. ¿Qué le pasó a usted, querido hermano? ¿Qué fue de ese valiente e inteligente Obama que en 2008, y a lo largo de su campaña presidencial, habló de cambio, cambio verdadero, en el que la gente pudiera creer? Usted inspiró esperanza a millones de personas, tanto en los EE.UU. como alrededor del mundo, incluyendo a nosotros.
Recordamos las encuestas de opinión que registraban un número peligrosamente significativo de afroamericanos que no estaban a favor de su elección, pero no porque no les gustaran las cosas que decía y prometía. Ellos le amaban demasiado. Ellos no querían que usted fuera asesinado por el complejo militar-industrial-financiero en caso usted tuviera la valentía para seguir adelante con su visión y su promesa de que los Estados Unidos retornase a la comunidad humana. Es decir, impedir que los EE.UU. siguiera comportando de una manera que solo generaría guerras más y más grandes hasta el punto de eliminar a nuestra propia especie humana.
Usted personalmente sabía que Estados Unidos era el país más odiado en la historia del mundo por su arrogancia y su diabólico objetivo nacional de dominación de espectro completo. Contrariamente a lo que fue el caso de dirigentes como Ronald Reagan y George W. Bush, que nunca jamás fueron acusados de ser inteligentes, usted es claramente una persona inteligente. Además de eso, mostró signos de tener muy arraigados valores éticos y morales y adhesión a los principios y valores proclamados por Jesús y, de hecho, por todos los grandes líderes espirituales del mundo, independientemente de su religión.
Lo que nos impulsa, querido hermano, a escribir esta carta es su extremadamente vergonzosa Orden Ejecutiva del 9 de marzo 2015 declarando una emergencia nacional con respecto a la amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y a la política exterior de los Estados Unidos planteada por la situación en Venezuela. No podía dejar de recordarnos de una Orden similar emitida por Reagan hace más de tres décadas para tener las manos libres para el lanzamiento de su guerra de la Contra, contra su más que legitima Revolución Sandinista en la década de 1980. Decimos vergonzosa y extremadamente hipócrita, pero también su Orden Ejecutiva es una flagrante violación del derecho internacional por constituir una amenaza del uso de la fuerza contra Venezuela y, al mismo tiempo, servir como estímulo a sus lacayos venezolanos a continuar en sus esfuerzos para desestabilizar el país.
Usted debe saber, querido hermano, que en América Latina hay un creciente
sentimiento de unidad y solidaridad en lo que la gente de la región considera su extendida Patria Grande indolatinoamericana-afrocaribeña.
Mientras rechazamos totalmente su arrogante e intervencionista Orden Ejecutiva, le instamos que vuelva a Jesús, a la fraternidad, la solidaridad y la paz y a que, de una vez por todas, rechace los demonios de la codicia, de la guerra y de dominación sobre nuestra planeta.
Usted seguirá estando en nuestras oraciones por usted, sus seres queridos, su país y nuestro mundo. La asombrosa gracia de Dios no le faltará sí usted no le da la espalda a Él. Amor y bendiciones.