Desde luego, su Agencia Tributaria no lo es: justo el mismo día en que aparece en su diario un reportaje sobre La cruz resiste en la España laica, recibo el borrador de mi declaración del IRPF 2007, en el que, en el apartado asignación tributaria, aparece ya marcada con una «cruz» la casilla «a la Iglesia católica».
¿Tan difícil era dejarlo en blanco y que el contribuyente decidiera? Efectivamente, la cruz resiste.
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