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Son palabras del Papa Francisco: ?Esta economía mata??. La afirmación del Papa no es en absoluto demagógica, falsa, ni exagerada, sino que es simple y llanamente verdad. «Esta Economía» es la denominada comúnmente como Economía
convencional, ortodoxa, neoclásica, neoliberal, capitalista. La orientación de la ciencia económica que domina la mayor parte de los planes de estudio y de las facultades de Economía del mundo.
Para esta Economía la finalidad principal es la obtención del mayor beneficio económico, y para lograrlo se recurre a una competencia desenfrenada. El presidente de un banco compite con los presidentes de los otros bancos, y también con las limpiadoras de sus oficinas, para pagarles lo menos posible. Una multinacional compite con un país empobrecido para obtener sus riquezas naturales al menor costo posible.
Unos fondos de inversión maniobran para apoderarse de la sanidad pública de un país y convertirla en ?sanidad negocio??.
Y esta es la Economía que el Papa Francisco dice que mata. Y realmente mata. Millones de seres humanos mueren de hambre en un mundo donde se producen alimentos más que suficientes para todos sus habitantes, o mueren por falta de una elemental atención médica, o por las cruentas luchas que se promueven en países del Tercer Mundo motivadas por los intereses de países ricos y multinacionales.
¿Y quién está a favor de esta Economía, quién la defiende? Por supuesto todas las fuerzas de derechas del mundo: desde Giorgia Meloni a Trump, desde Bolsonaro a Núñez Feijó; es evidente que todos ellos defienden esta Economía que hace sufrir mil penalidades a millones de seres humanos y acaba matando. Intentarán ocultarlo, justificarlo, desviar la atención, echarles las culpas de las muertes a otros, pero la realidad es contundente: defienden una Economía que mata.
De tal manera que la lucha entre izquierda y derecha, en el fondo, más que una lucha de clases, es una lucha por la vida, una lucha ética. Es cierto que dentro de la izquierda también nos podemos encontrar con gente que se mueve por sus propios intereses, y en los cuales, más que la ética, es el ego el que manda. Pero la orientación básica es radicalmente distinta en los dos campos. Para la izquierda el objetivo es que todas las personas del planeta puedan vivir en las condiciones que les reconoce la Declaración
Universal de Derechos Humanos, y la economía tiene la finalidad de crear las
condiciones para que este objetivo se cumpla.
Pienso que la izquierda debería insistir más en este aspecto ético. Naturalmente que la respuesta de la derecha va a ser redoblar su campaña de acusaciones y mentiras, pero la realidad es incuestionable. El mensaje debe llegar a una sociedad desorientada y confundida. Una sociedad donde la derecha se ha presentado como el sector más respetable de la población, el más respetuoso con la moral cristiana tradicional.
Es hora de quitarles la careta y mostrarlos como defensores de esta Economía que mata