El barroco es arte espectacular y apabullante. La desmesura de las formas para impresionar y subyugar. Fue el arte de la Contrarreforma, instrumento para exhibir el poder de lo alto y abarcar al mundo entero. Bernini exaltó la cátedra de Pedro en la gloria celeste y diseñó la grandiosa columnata, vocación de globalidad.
El barroco servía también para tapar y simular. Fachadas que quedaban en pura fachada, ocultando semiruinas. Perspectiva en bóvedas para aparecer mucho más altas. El barroco fue precursor de los decorados de Hollywood o de las imágenes virtuales de la televisión digital. En la contrarreforma la Iglesia necesitaba presentarse mucho más fuerte de lo que era. Utilizó para ello al barroco y también a los ejércitos de las monarquías católicas. Vencía más que convencía.
La actual contrarreforma, la gran restauración neoconservadora en curso, utiliza las técnicas espectaculares del barroco mediático, el apoyo de gobiernos obsequiosos y la fuerza de las grandes manifestaciones. Los viajes y convocatorias masivas no fueron una iniciativa personal del comunicador y showman que fue Juan Pablo II.
Respondían a una estrategia planteada antes de su elección. Los analistas del Vaticano descubrieron en el año santo de 1975 que las masas católicas respondían a la convocatoria de grandes aglomeraciones. Esto favorecía la imagen de una iglesia triunfadora y el turismo de la ciudad.
La misma multitud hace espectáculo. Ya en Woodstock se había demostrado que la gran concentración había dejado en segundo plano la misma música que convocaba.. ¿Por qué reducir la estrategia pastoral a pequeños grupos de revisión de vida y a comunidades parroquiales de profundización en la fe?
Actualmente la televisión se ha impuesto como la gran creadora de espectáculo. Lo importante ya no es el evento en sí sino su hábil retrasmisión que llega a todo el mundo. Y los técnicos del espectáculo televisivo imponen sus estudiadas técnicas de montar espectáculos. Los viajes, lo mismo que las olimpíadas o los mítines, se organizan para ser retransmitidos. El año pasado la colaboración Vaticano-RAI consiguió hacer de la enfermedad y muerte de un papa y de la elección del sucesor un espectáculo técnicamente perfecto. La retrasmisión aumentaba la muchedumbre en la plaza y ésta daba más dramatismo a la retransmisión.
La creación de espectáculo en torno a la figura papal no puede interrumpirse con el nuevo pontífice, aunque su persona aparezca mucho menos expresiva, si se sigue con la estrategia de comunicar la imagen de una Iglesia fuerte y unida en torno a su líder que oculte los problemas y debilidades. Se reducirá el número de viajes, pero se harán más extraordinarios y espectaculares. Valencia puede convertirse en el nuevo paradigma.
Los movimientos y los episcopados de todo el mundo compiten en congregar más gente en torno al estandarte de la familia tradicional, en un estado supuestamente corrompido de laicismo. Se monta el espectáculo para dar imagen y ocupar la calle manifestando poder.
En Valencia hay unas autoridades locales, plenamente obsequiosas con la jerarquía, que llevan años desarrollando políticas de imagen aun a costa de ostentar el record en endeudamiento público. Por otra parte, Valencia es experta en derrochar para crear espectáculos callejeros efímeros: fallas, fuegos artificiales. En esta ocasión va a prepararle al papa un genial escenario.
El “nuevo Vaticano para un día” de Bernini-Calatrava. Si hay que cortar durante tres meses un puente muy concurrido y gastarse decenas de millones pera el espectáculo de unas horas, no importa. Resaltará la importancia del personaje que va a venir, como ha dicho la alcaldesa. Todo lo pagarán las instituciones gobernadas por el PP. Porque llevar a 300 millones la imagen de un papa y una Valencia en la cresta de la modernidad no tiene precio, como ha dicho el portavoz del Consell. ¿Prenderá algo de la mansa catequesis papal en esos espectadores? Nos tememos que el medio oculte el mensaje, que a la gente le quede sólo la imagen de grandiosidad, como después de una cremá. Unos con deseo de asistir a otro espectáculo. Otros con alivió porque todo terminó. La sociedad más dividida y crispada. Eso es lo preocupante.