Ekai Center es un centro de investigación sobre políticas públicas situado en Mondragón, y su Presidente Ejecutivo, Adrián Zelaia, ha sido durante años el Secretario General de Mondragon Corporation, la multinacional formada por las famosas cooperativas fundadas de la mano de Jose María Arizmendiarrieta.
Los Working Papers que produce este instituto están tomando una creciente relevancia en el debate económico en el País Vasco. Publicamos aquí el último de ellos.
1. Durante los últimos días, para sorpresa de todos, las distintas corrientes políticas españolas parecen haber llegado a un consenso fundamental sobre cómo salir de la crítica situación actual. El gobierno, las corrientes críticas del Partido Popular, la oposición, los sindicatos mayoritarios, todos parecen estar de acuerdo en la inevitable necesidad de que se adopte la única medida que puede en este momento salvar la economía española. ¿Cuál? Pues muy sencillo: ¡Que pague el Banco Central Europeo!
2. Incluso un conocido articulista se permite el lujo de afirmar lo siguiente:
“la disyuntiva en este instante se antoja aterradoramente simple: o se monetiza la deuda o el euro revienta. No hay más opciones. Ninguna. La hipótesis de «rescatar» a España –e Italia– es pura fantasía: no hay dinero en Europa, ni quizá en el mundo, para intentarlo siquiera”.
Es decir, que la dimensión del rescate es de tal magnitud que resulta inabordable luego, consecuentemente, el Banco Central Europeo, que como banco emisor crea el dinero de la nada, debería crearlo en la medida necesaria para proceder a rescatar a España. Como si el dinero del BCE fuese producto de la magia y no una entrega de compromisos de pago que, de una u otra forma, son al final cubiertos por el conjunto de los ciudadanos europeos. Pero, al parecer, todo tipo de argumento sirve cuando se trata de conseguir que otros respondan por nuestros problemas. La unanimidad de este tipo de discursos probablemente sólo reflejan que la situación económica y política española ha derivado a un callejón sin salida.
3. El problema es que, en nuestra opinión, ninguna de las estrategias globalmente planteadas por los dos partidos en el poder desde el estallido de la crisis -y por sus respectivas oposiciones políticas- han sido ni son capaces de hacer frente a esta crisis.
4. La estrategia básica del anterior gobierno consistía probablemente en ganar tiempo para que la economía española fuese progresivamente absorbiendo los problemas estructurales del sector financiero y del sobreendeudamiento.
5. La estrategia básica de este gobierno parece ser hacer frente cuanto antes a los problemas estructurales trasladando las pérdidas del sector financiero a la economía real a través de ajustes radicales tanto en el ámbito público como en el privado.
6. En nuestra opinión, cualquiera de las dos estrategias pudiera haber salido adelante si la crisis financiera no hubiera tenido la dimensión y gravedad de la actual, tanto a nivel nacional como internacional.
7. Pero las dos estrategias se han estrellado con la enormidad de la acumulación de deuda y del proceso de desapalancamiento de la economía española.
8.El proceso de desapalancamiento financiero en el que España está sumergida es de tal dimensión que ni los problemas van a desaparecer diluidos en el tiempo ni hay medidas de austeridad que sean capaces de detraer de la economía real recursos suficientes para detener el colapso de las entidades financieras.
9. La estrategia de ganar tiempo se ha encontrado con una situación crecientemente deteriorada en la que en cinco años no se ha producido ninguna reducción significativa del nivel de deuda acumulado y, al contrario, se han trasladado al ámbito público una parte de los problemas del sector privado provocando una crisis gravísima de las finanzas públicas.
10. La estrategia de ajustes radicales en la economía real está provocando una crisis social y política de primer orden en el país y con escasas expectativas de que realmente puedan enderezarse las cuentas públicas o reanimarse el sector privado.
11. En una situación de cada vez mayor nerviosismo, durante los últimos días gobierno y oposición, por fin, parecen haber coincidido en la estrategia a seguir. En síntesis: “que pague el Banco Central Europeo”. Por supuesto, cualquier ayuda externa puede ser bienvenida en un contexto como el que actualmente está sufriendo la economía española. Pero intentar responsabilizar a los ciudadanos del conjunto de Europa de la resolución del problema español es tan injusto como, en nuestra opinión, inútil.
12. Es injusto porque la situación límite actual no es sino un producto de de estrategias erróneas basadas en evitar abordar directamente el problema de fondo de la economía española: el sobreendeudamiento de las entidades financieras y de la economía en general.
13. En nuestra opinión, los ciudadanos y las empresas españolas no deberían responder de las pérdidas del sector financiero antes de que el propio sector financiero responda de ellas. Mucho menos debería intentar exigirse esta responsabilidad a ciudadanos y empresas de otros países.
14. Francia, Alemania y USA no tienen por qué responder del sobreendeudamiento español. Probablemente, en la medida en que no hay realmente otra salida que la asunción de responsabilidad por parte de los inversores, los bancos franceses, alemanes y americanos deberán responder como tales inversores. Pero no se ven razones para que los ciudadanos europeos acepten que se les traslade una injusta imputación de pérdidas que no les corresponden sólo por el hecho de que la clase política española está estructuralmente incapacitada para enfrentarse al sector financiero.
15. En nuestra opinión, antes de pedir ayudas a otros países, España debe hacer sus deberes. Que no consisten en absoluto en desestructurar aún más su ya debilitado sector productivo, sus economías familiares, empresas y gobiernos sino, al contrario, reestructurar el sector financiero a través de la imputación de pérdidas a los inversores.
16. Por último, cada vez con mayor urgencia, el gobierno español debe plantearse de forma seria e inmediata la posibilidad de que España abandone la Eurozona a través de un proceso lo menos traumático posible. Preferiblemente, de forma consensuada con la oposición y con los países clave de la Unión Europea.
17. El Euro ha sido una de las causas más evidentes de la crisis financiera europea y, en concreto, de la española. El Euro ha sido también uno de los obstáculos fundamentales que han impedido la adopción de las medidas que cualquier país hubiera adoptado para superar los problemas estructurales de la economía española. La clase política española –gobierno y oposición- debe superar cuanto antes la mitificación conceptual del Euro y el vértigo político que la salida de la Eurozona produce y analizar con seriedad la estrategia a seguir al respecto. Muy especialmente, debe tener en cuenta el hecho de que, si la salida del Euro va a producirse tarde o temprano, más vale adelantarla cuanto sea posible y evitar que la misma se produzca después de una crisis social, económica y política de consecuencias imprevisibles. Hagamos, por lo tanto, lo que tenemos que hacer. Y dejemos en paz al Banco Central Europeo.