Peru Sasia es Director General de la Fundación FIARE, impulsora de la primera iniciativa de banca ética en el País Vasco. Mediante este proyecto se pretende cubrir las necesidades de financiación de las entidades que trabajen en el ámbito social en el País Vasco y en el conjunto del Estado, ofreciendo al tiempo a la ciudadanía una fórmula de ahorro acorde a los valores éticos.
¿En que se diferencia la banca ética de los bancos tradicionales?
El proyecto Fiare se basa en cuatro pilares que nos diferencian de los bancos tradicionales o de otras proyectos de banca ética. En primer lugar, se trata de un proyecto integral e integrador, en el sentido de que surge del tejido asociativo y de las entidades del tercer sector y pertenece a ellas. En segundo lugar, situamos a las personas excluidas y las entidades que trabajan con ellas en el centro de nuestro proyecto, lo que nos diferencia de otros bancos éticos, europeos sobre todo, cuya actuación se inserta más en la esfera de lo medioambiental o cultural. El tercer pilar sería la transparencia radical: la persona que acude a nosotros a depositar sus ahorros sabe con toda claridad en qué se invierte cada uno de los euros que deposita. Finalmente, Fiare se constituye como una entidad sin ánimo de lucro. Esto quiere decir que los excedentes económicos que pudieran generarse sólo redundarán en beneficio de los colectivos excluidos, por ejemplo, asumiendo un mayor riesgo en las operaciones de préstamo.
¿Qué tipo de instrumentos financieros prevéis poner al servicio de los colectivos excluidos?
Fiare se dirige, en principio, a entidades que trabajan con colectivos en situación de exclusión, no directamente a estas personas. Si por instrumentos financieros entendemos microcréditos, no es lo que nosotros tenemos en mente. En primer lugar, porque se trata de un tipo de operación que entraña un riesgo ?algunos microcréditos adolecen de hasta un 20% de morosidad- que no es asumible con el dinero de los depositarios, no por lo menos sin informarles antes. Pero también por un hecho de coherencia con la propia filosofía de Fiare, ya que no creemos que se deba responder a las necesidades básicas de las personas mediante créditos. Lo que sí es posible es que, en un futuro, se creen productos de depósito en los que el cliente decida destinar parte de su dinero a este tipo de proyectos, si así lo desea, y siempre informándole antes del riesgo existente. También es posible que si en un futuro existieran excedentes económicos provenientes de la actividad del banco, se decida destinar este dinero a este tipo de productos de mayor riesgo.
¿Cuál es perfil del cliente que deposita el dinero en vuestro banco?
Hasta ahora el perfil que nos hemos encontrado es el de personas implicadas en el tercer sector, principalmente provenientes de las asociaciones y entidades que forman Fiare. Se trata de personas preocupadas por la acción social y que no buscan obtener un rendimiento económico, sino saber que su dinero se destina a proyectos con un impacto social positivo. Hasta el momento, el 50% de los clientes ha elegido cooperación internacional como destino de sus ahorros, el 40% se ha decantado por la inserción social y el 10% restante ha dejado la decisión en nuestras manos.
La colaboración entre bancos éticos y la Administración no es siempre la misma. ¿Qué modelo de relación se defiende desde Fiare?
Fiare si reconoce la importancia de esa colaboración. Primero porque si pretendemos trabajar con los colectivos excluidos no podemos dar la espalda a lo que hacen las administraciones. En concreto, aunque todavía no se ha realizado por falta de un interlocutor, de tiempo o lo que sea, nos gustaría estar en contacto con las administraciones locales puesto que los ayuntamientos son la ventanilla de entrada de la demanda de estas personas.
Aunque sea prematuro aún, ¿qué balance puede hacerse de estos tres años de andadura?
Puede decirse que el balance es positivo, ya que con la apertura del primer depósito, en octubre de 2005, cumplimos el tercero de los cuatro hitos que se nos planteaban antes de poder constituirnos como cooperativa en 2010. En estos ocho meses hemos conseguido alcanzar los 6 millones de euros en depósitos y prácticamente otros tantos en préstamos. Lo siguiente que tendríamos que conseguir de cara a despegar en el 2010 como una entidad madura y suficientemente consolidada es obtener 60 millones en depósitos, 30 en préstamos y 10 millones de capital social. Aunque no parece objetivo inalcanzable, tiene cierta dificultad, puesto que funcionamos principalmente mediante el boca a boca y no nos proponemos realizar grandes campañas de captación.
¿Cuáles son vuestros planes para el futuro?
De momento estamos localizados en el País Vasco, y también en Navarra, más que nada porque REAS Navarra ha decidido entrar en el proyecto como socio. Las oficinas de Pamplona y de Donostia son oficinas desplazadas en el sentido de que abren un par de días a la semana. Nuestros planes se encaminarían, en primer lugar, a ampliar esa presencia, pero también existen conversaciones con organizaciones de Madrid y de Barcelona, con lo que es probable que el próximo paso sea abrir oficinas en esos lugares. En cualquier caso, el proceso de ampliación del proyecto dependerá de que las entidades y asociaciones de otros lugares deseen apropiarse del mismo.