Cuando fue elegido este nuevo Papa, pudimos tener algo de esperanza pensando en que algo podía cambiar después de tanto apoyo a grupos conservadores y preconciliares durante el anterior papado, pero solo fue un tiempo muerto, tal vez para ordenar algunas cosas y tomar el verdadero impulso de lo que fue el cardenal Ratzinger y sacar de nuevo su brazo de hierro que para nada acoge, ni acaricia.
La Parroquia de San Carlos Borromeo en Madrid sufre una vez más la incomprensión de quienes dirigen la Iglesia Católica en España. A los tres sacerdotes que allí viven y celebran su fe se les prohíbe decir misa y se les advierte ?que si siguen con su desobediencia sufrirán una sanción grave?? Los curas y la Comunidad Parroquial responden, como no puede ser de otra manera, que no se puede separar la celebración de la fe con la lucha por la justicia, algo que cualquier buen cristiano debería de entender y practicar por muy Obispo u Arzobispo que sea.
Viven una situación que los traspasa de dolor, pero a la vez con esperanza porque el mensaje de Jesús sobre todo es eso, un mensaje de esperanza. El Evangelio es buena noticia y eso es lo que hacen en medio de los problemas, de la desesperanza?? anunciar una ?buena noticia??, que es posible un cambio de vida, cambiar la suerte. Estas propuestas a muchos les incomoda, les preocupa que se pueda clamar por la justicia, que se este al lado de los desfavorecidos, cuando sin lugar a dudas seria la postura de Jesús. La jerarquía de la Iglesia Católica, prefiere no escuchar los gritos de los que sufren, tienen miedo al Evangelio que denuncia la injusticia. ?Dichosos los que luchan por la Justicia, porque de ellos es el reino de los cielos??. (Mt. 5, 1-11)
?Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído» (Jn. 20,29) Estos tres curas han visto y han creído, han visto la realidad del que sufre, del que pasa hambre, del que nada tiene??y al ver creen y saben que su sitio como sacerdotes, como cristianos cono Testigos de Jesús esta allí. Otros como no han visto jamás, como solo ven la miseria por la tele, aun no creen, les hará falta como a Tomas, ir allí a ese barrio y meter la mano en las yagas y en el costado, aunque mancharse las manos no entre en sus esquemas.
La parroquia con sus curas al frente se resisten a obedecer, tal vez sea necesario que se escuchen ya otras voces en la Iglesia, dejar de ser humildes y sumisos, dejar de ser rebaño adocenado, porque esta no es la única situación que se esta dando de represión, ni son los únicos curas reprendidos por las mismas causas, recordemos sin ir mas lejos la desaparecida comunidad religiosa del Puche, que atendía a prostitutas, inmigrantes, presidiarios.
Más que abandonar estas posiciones debe ser una llamada a los cristianos a renovar y refrescar nuestro compromiso con los desfavorecidos a saber donde debemos estar, cual es la verdadera llamada de Jesús y del Evangelio y estar ahí dando testimonio con nuestro trabajo y nuestra solidaridad .
A los sacerdotes de San Carlos Borromeo, a sus feligreses, decirle: ?No abandonéis la misión, porque estáis en el camino, no estáis solos??.
(Publicado en La Voz de Almería el 25-4-07)
Gines J. Parra Córdoba.
Miembro de Comunidades Cristianas Populares. Abril de 2007.
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