Enrique de Castro, punto semifinal -- Marçal Sarrats Ferrés

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eldiario

No ha sido un santo ni soportaría tener estampitas con su cara. Querría solamente, y así dejó dicho, que brindáramos con vino en una fiesta llena de amigos, vecinos y conocidos
En Vallecas nunca hay finales, ni últimos, ni despedidas definitivas. En ese lateral de Madrid, demasiadas veces despreciado, siempre queda algo más que hacer, las despedidas siempre son penúltimas y los puntos, semifinales. Lo decía siempre Enrique de Castro ?fallecido este miércoles? y hoy tiene más sentido que nunca. Hijo de militar y del seminario de Comillas, lo aprendió pronto cuando se encontró allí, a mediados de los 70, queriéndolo mucho y casi sin querer, movido por sus ganas de acción y su inconformismo.  Ver noticia original en …