En torno al Sínodo de la Amazonía (VII): recibe y actualiza el Vaticano II -- Rufo González

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

COP25?Y la Palabra se hizo carne y puso su tienda entre nosotros?? (Jn 1,14). Esta cita evangélica preside el capítulo III: ?Nuevos caminos de conversión cultural?? (41-64). Se inicia con una descripción de la conversión cultural necesaria para el anuncio del Evangelio: ?hacernos al otro, aprender del otro. Estar presentes, respetar y reconocer sus valores, vivir y practicar la inculturación y la interculturalidad en nuestro anuncio de la Buena Noticia?? (n. 41). Empiezan reconociendo que ?la Amazonía hay una realidad pluricultural que exige tener una mirada que incluya a todos y a usar expresiones que permitan identificar y vincular a todos los grupos y reflejen identidades que sean reconocidas, respetadas y promovidas tanto en la Iglesia como en la sociedad?? (n. 42).

El Sínodo de la Amazonía recepciona y actualiza el concilio Vaticano II. Merece la pena leer algunos textos conciliares para darse cuenta de la concreción y buen tino que han tenido los sinodales amazónicos en el tema de la ?conversión cultural??. La Constitución Dogmática sobre la Iglesia (LG), al hablar de su relación con los no cristianos, dice: ?Todo lo bueno y verdadero que hay entre ellos, la Iglesia lo juzga como preparación del Evangelio y dado por quien ilumina a todos los hombres, para que al fin tengan vida?? (LG 16). La misma LG, hablando de su carácter misionero, sostiene: ?La Iglesia, con su trabajo, consigue que todo lo bueno que hay sembrado en el corazón y en la mente de las personas, o en los ritos propios y culturas de los pueblos no solamente no desparezca, sino que se sanee y se eleve y se perfeccione para la gloria de Dios, confusión del demonio y felicidad del ser humano?? (LG17). Este párrafo lo repite en AG 9.

?Descubran, con gozo y respeto, las semillas del Verbo??. El Decreto Ad Gentes sobre la actividad misionera de la Iglesia nos dejó textos claros y concretos de cómo debe evangelizar la Iglesia. En ellos se recoge la teoría antigua de ?las semillas del Verbo??. Teoría que tiene mucho recorrido en las teologías populares e indígenas como la ?india??, ?negra??… El término procede de san Justino (s. II; Apología II,8,3) que habla de ?logoi spermatikoi?? (?semillas verbales?? y ??razones seminales??). Ideas de la filosofía estoica, oriundas de Platón. El logos o razón (que se expresa en la palabra) está en todo ser. Es reflejo de la idea que le hace existir y ser comprensible. Para los pensadores cristianos el ?Logos?? es Dios que en la creación ha dejado un reflejo de su ser. De aquí se pasa a interpretar las doctrinas paganas, ritos, religiones, la cultura en general, como ?semillas de la palabra divina?? que las gentes de todos los tiempos han ido descubriendo en su esfuerzo por sobrevivir y darse sentido. Son factores que han venido humanizando.

Esta interpretación se ha concretado también en la teoría de la ?preparación evangélica?? (Eusebio de Cesarea, s. IV). En el s. VI, en carta a monjes misioneros en Inglaterra, el papa Gregorio Magno les insiste cómo aprovechar las costumbres y lugares de culto paganos en la predicación del evangelio. En el fondo es la praxis de San Pablo: habla en su lengua, cita a sus poetas, da por cierta la frase de un poeta griego ?somos estirpe suya??, acepta la intuición de dedicar un altar ?al Dios desconocido?? (He 17,31). Conociendo la realidad y destacando lo más verdadero y valioso, les propone a Jesús resucitado. La verdad humana y el esfuerzo por vivir en justicia y paz son el asiento imprescindible para la fe en Jesús. El Decreto conciliar sobre la actividad misionera de la Iglesia sostiene esta atrevida afirmación: ?El Espíritu Santo llama a todas las personas a Cristo por las semillas del Verbo y por la predicación del Evangelio y suscita el homenaje de la fe en los corazones??.

Leamos:

?Para que los mismos fieles puedan dar fructuosamente este testimonio de Cristo, únanse con aquellas personas por el aprecio y la caridad, siéntanse miembros del grupo humano en el que viven y tomen parte en la vida cultural y social interviniendo en las diversas relaciones y negocios de la vida humana; familiarícense con sus tradiciones nacionales y religiosas; descubran, con gozo y respeto, las semillas del Verbo que en ellas se contienen; pero atiendan, al propio tiempo, a la profunda transformación que se realiza entre las gentes y trabajen para que las personas de nuestro tiempo, entregados con exceso a la ciencia y a la tecnología del mundo moderno, no se alejen de las cosas divinas, sino que, por el contrario, despierten a un deseo más vehemente de la verdad y de la caridad revelada por Dios. Como el mismo Cristo escudriñó el corazón de los hombres y los llevó con un diálogo verdaderamente humano a la luz divina, así sus discípulos, inundados profundamente por el Espíritu de Cristo, deben conocer a los hombres entre los que viven y conversar con ellos para advertir en diálogo sincero y paciente las riquezas que Dios, generoso, ha distribuido a las gentes, y al mismo tiempo han de esforzarse por examinar estas riquezas con la luz evangélica, liberarlas y reducirlas al dominio de Dios Salvador?? (AG 11).

?El Espíritu Santo, que llama a todas las personas a Cristo por las semillas del Verbo y por la predicación del Evangelio y suscita el homenaje de la fe en los corazones, cuando engendra a los que creen en Cristo para una nueva vida en el seno de la fuente bautismal, los congrega en el único Pueblo de Dios, que es `linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo de adquisición´(1Pe 2,9)?? (Ad Gentes, nº 15).

La Declaración ?Nostra aetate?? del Vaticano II, sobre la relación de la Iglesia con las religiones no cristianas, reafirma la tesis eclesial sobre el respeto y libertad:

?La Iglesia católica no rechaza las cosas que son verdaderas y santas en estas religiones. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas, que, aunque discrepan en muchos aspectos de lo que ella misma sostiene y propone, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todas las personas. Anuncia y tiene la obligación de anunciar constantemente a Cristo, que es `camino, verdad y vida´ (Jn 14,6), en quien los seres humanos encuentran la plenitud de la vida religiosa, en quien Dios reconcilió consigo todas las cosas (2Cor 5, 18-19). Por consiguiente, exhorta a sus hijos que con prudencia y caridad, mediante el diálogo y la colaboración con los adeptos de otras religiones, dando testimonio de la fe y de la vida cristiana, reconozcan, guarden y promuevan los bienes espirituales y morales, así como los valores socioculturales, que en ellos existen?? (NA 2).

Buen tino de los sinodales amazónicos en el tema de la ?conversión cultural??:

– ?En la gente de la Amazonía encontramos enseñanzas para la vida. Los pueblos originarios y los que llegaron posteriormente y forjaron su identidad en la convivencia, aportan valores culturales en los que descubrimos las semillas del Verbo. Los pueblos se interrelacionan entre sí en una red de alianzas que a todos aporta ganancia. La selva vive de las interrelaciones e interdependencias y esto ocurre en todos los ámbitos de la vida. Gracias a ello, el frágil equilibrio de la Amazonía, se mantuvo por siglos??.?? (43).

– ?Anunciar la Buena Nueva de Jesús implica reconocer los gérmenes del Verbo ya presentes en las culturas?? (n. 55).

– ?El manejo tradicional de lo que la naturaleza les ofrece ha sido hecho del modo que hoy denominamos manejo sostenible. Encontramos además otros valores en los pueblos originarios como son la reciprocidad, solidaridad, el sentido comunitario, la igualdad, la familia, su organización social y el sentido de servicio?? (44).

Leganés, 26 diciembre 2019