Tras visitar Santa Marta, puedo dar fe de que vive con suma austeridad
Una casa sencilla para el Papa de la normalidad, con un menú espartano y vino peleón
Rozo con los dedos el amito, un trozo de tela blanca ribeteada de puntilla fina y con dos cintas, que cubre el cuello y los hombros del sacerdote y simboliza un casco de protección contra Satanás. Debajo, el alba blanca, inmaculada, colgando en parte sobre la mesa; el cíngulo, la estola, colocada de través, y la casulla, color ocre suave. Son los ornamentos litúrgicos del Papa, preparados para la misa del día siguiente. Colocados con primor, huelen a suavizante. A Francisco no le gustan las prendas pesadas, bordadas ni recargadas. De telas sumamente ligeras, se nota su suavidad al tacto. ••• Ver noticia •••
En casa del Papa, la sala de máquinas de la revolución franciscana -- José Manuel Vidal
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