La secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE, Elena Valenciano, considera que la Iglesia católica vive una «crisis» en relación a que los ciudadanos «no acuden a escuchar» a los representantes eclesiásticos. Por ello, cree que, «como no consigue llenar las iglesias», la institución ha apostado por «ocupar las calles», postura que calificó de «muy extraña» en las democracias europeas avanzadas.
«Estamos contestando a un acto político convocado por la jerarquía eclesiástica para intervenir políticamente sobre leyes que en este país ha aprobado el Parlamento», destacó Valenciano, en una tertulia mantenida hoy en TVE recogida por Europa Press, al ser preguntada sobre la respuesta del Gobierno a las acusaciones que hicieron cardenales de la Iglesia católica.
Dicho esto, añadió que el acto ‘Por la familia cristiana’, celebrado el pasado 30 de diciembre en la plaza de Colón de Madrid, fue «tan exagerado» que al PP «no le interesa» tratar este debate porque, según afirmó, «ver a la Iglesia en la calle tiene muy mala prensa en la calle, incluso para los creyentes».
De hecho, recordó que la Ley del Aborto es «la misma» que existía cuando el principal partido de la oposición ocupaba el poder. «No recuerdo ninguna manifestación de la Iglesia promovida contra esa ley cuando gobernaba el PP», espetó.
HERRERO (PP): «FUE UN ACTO LIT?RGICO»
En la entrevista también participaron el europarlamentario de CiU, Ignasi Guardans, y el eurodiputado ‘popular’, Luis Herrero, quien reiteró que las autoridades eclesiásticas «siempre» ha mantenido la misma posición. En este punto, el dirigente del PP calificó el acto de Madrid como un mero «acto litúrgico» y similar a «cualquier misa dominical».
Según Herrero, «nadie coreó lemas ni aplaudió masivamente, sino que hubo un acto que la Iglesia entiende de toma de conciencia en algo que ha considerado de su campo».
Por su parte, el eurodiputado de CiU, Ignasi Guardans, hizo hincapié en que tales acusaciones no fueron expresadas por «todos los obispos» y defendió el derecho de la Iglesia a expresar su concepto de familia, matrinomio o educación. No obstante, criticó que «diga que España pierde Derechos Humanos», declaración que afirmó se trata de «una declaración política que merece una respuesta política».
En este sentido, explicó que «hay ganas, por parte de algunos, no sólo de defender su propia doctrina en su propio ámbito, lo cual es perfectamente legítimo, sino de interferir en la política».