EL VATICANO RECOMIENDA REZAR EL ROSARIO MIENTRAS SE CONDUCE EN POS DE LA SEGURIDAD VIAL

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Europa Press

El Consejo Pontificio para la Pastoral de los Inmigrantes e Itinerantes lanzó hoy un decálogo, «a semejanza de los diez mandamientos», con el que pretenden elaborar normas defensoras de la seguridad vial. El ‘no matarás’ encabeza una lista cuya recomendación previa es la oración. Santiguarse antes de sentarse ante el volante y rezar el Rosario durante el trayecto son algunos de los consejos. El Vaticano también rechaza que el coche se convierta para su dueño en una forma de poder y dominación y en instrumento de pecado.

‘Orientaciones para la pastoral de la carretera’ supone una llamativa incursión de la Santa Sede en los llamamientos a favor de la seguridad vial. El decálogo destaca que, al igual que María y José viajaron en su momento, hoy en día muchas personas necesitan moverse, entre ellos los conductores. Sin embargo, las buenas costumbres parecen perderse y salir a la carretera saca, en muchas ocasiones, los comportamientos más «primitivos» de los automovilistas, como «mala educación, gestos gorseros, tacos, blasfemias, pérdidas del sentido de la responsabilidad o infringir el código de circulación».

Por ello, el Vaticano ha decidido ponerse manos a la obra y lanzar algunas recomendaciones a sus fieles para evitar que 1,2 millones de personas fallezcan cada año en el mundo como consecuencia de la «transgresión y la negligencia». «Es una triste realidad y, al mismo tiempo, un gran desafío para la sociedad y la Iglesia», aseguró el presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e itinerantes, el cardenal Renato Raffaele Martino.

La señal de la cruz antes de iniciar el trayecto es un buen comienzo, pero las plegarias se deben completar con el rezo del Rosario mientras se conduce. La oración, según Martino, no desconcentra. «El ritmo y la suave repetición no distrae la atención del conductor», explicó el cardenal durante la rueda de prensa de presentación.

Uno: ‘No Matarás’

Los mandamientos del conductor comienzan con el clásico «no matarás», el único de los que se mantiene respecto a los originales promulgados por Moisés. «La carretera será punto de comunión entre las personas y no lo será de daño mortal», reza el segundo. La «cortesía», la «honradez» y la «prudencia» son la clave de la tercera premisa del conductor.

El coche puede ser una forma para ser «caritativo y ayudar al prójimo en su necesidad, especialmente a las víctimas de los accidentes», aconseja el cuarto punto. El quinto sugiere que el coche no se convierta en «expresión de poder y dominación, y en un instrumento de pecado». La séptima orientación aboga por que nadie se ponga al volante cuando no estén las condiciones más «adecuadas».

«Socorrer a las familias de las víctimas» es la excusa del séptimo punto, seguido de una curiosa recomendación del Vaticano que, en su octavo mandamiento recomienda a los conductores culpables y víctimas de un accidente ponerse en contacto, para experimentar «la liberadora experiencia del perdón». «Proteger al grupo más vulnerable» y sentir «responsabilidad» hacia los demás cierran una lista de la que el Vaticano espera seguimiento por parte de sus fieles.