El gobernador de la Ciudad del Vaticano, el arzobispo Giovanni Lajolo, dijo ayer ante la Asamblea General de la ONU que el Papa Benedicto XVI está afligido por la malinterpretación de recientes comentarios que fueron vistos como una vinculación del Islam con la violencia.
«Su intención real era explicar que la religión no va con la violencia, sino que la religión va de la mano de la razón», puntualizó Lajolo en su discurso ante el plenario. «Es una obligación de todos -la sociedad civil y los Estados- promover la libertad de religión y una tolerancia social sana que desarmen a los extremistas, incluso antes de que empiecen a corromper a los demás con su odio a la vida y la libertad», declaró.
En un discurso en la universidad alemana de Ratisbona, el Papa citó un texto medieval que se refería al profeta Mahora que originó la ira de sectores radicales del mundo musulmán.
Posteriormente, el Papa hizo aclaraciones sobre su discurso, pero no han sido consideradas satisfactorias por los representantes religiosos de diferentes países de Oriente Medio.