Italia, Grecia y Macedonia constituyen las principales rutas migratorias de entrada a la Unión Europea buscando el libre tránsito garantizado por el Tratado de Schengen. Aproximadamente 350.000 personas, según estimaciones de la Organización Internacional para las migraciones (OIM) han alcanzado Europa en lo que va de 2015, con procedencias diversas, fundamentalmente desde Siria (120.000) y Afganistán (60.000). Más de 2.300 se han ahogado en el Mediterráneo en el empeño. Nadie puede permanecer impasible contemplando fotografías y reportajes de las tragedias que se producen en este tránsito desesperado, en pateras hacinadas, en campamentos inhabitables, en caminatas agotadoras, frente a fuerzas del orden o vallas alambradas como la construida por Hungría a lo largo de 175 Km en su frontera con Serbia. Hombres, mujeres y niños azotados por los conflictos armados, las persecuciones, la pobreza y la marginalización, amenazados de muerte de una u otra manera, arriesgando sus vidas, escapando a un destino sin presente ni futuro. Y, en más casos de los deseados, víctimas también de las mafias migratorias, salteadores sin alma. ··· Ver noticia ···
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