«Si Jesús de Nazaret fuera sometido hoy a un proceso de beatificación, quizá no superara la prueba»
Mientras Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, ascendió a la categoría de santo 27 años después de su muerte, otros sacerdotes comprometidos con la libertad de los pobres, como Ignacio Ellacuría, ven obstaculizada su beatificación por miedo a que su figura sea manipulada políticamente. Esta contradicción vaticana es lo que denuncia el teólogo Juan José Tamayo en El Periódico de Catalunya, medio donde afirma que, con los criterios que sigue la Iglesia a la hora de beatificar, si ?Jesús de Nazaret fuera sometido hoy a un proceso de beatificación quizá no superara la prueba??.
No en vano las historias que se narran sobre la vida de Jesús aparecen cargadas de conflictos contra la autoridad, una actitud antiimperialista, anticlericalismo y llamadas a la subversión. Actitudes todas ellas rodeadas de una ?libertad insobornable??.
498 mártires
Tamayo compara el comportamiento de Jesús con el de los últimos beatificados por Benedicto XVI: los 498 ?mártires de la guerra civil española??. Con esta beatificación masiva, Tamayo considera que la Iglesia está ?privilegiando un concepto de martirio que parece responder a motivaciones políticas más que a actitudes evangélicas??. No en vano en esa beatificación no puede encontrarse ningún nombre que corresponda a sacerdotes que, ?comprometidos con los valores democráticos y fieles a la República, fueron asesinados impunemente por las tropas de Franco??.
Los excluidos ?En este concepto de martirio??, sostiene Tamayo, ?no caben los testigos que han dado su vida por mor a la justicia que brota de la fe??. Al contrario, se olvida a muchos clérigos sudamericanos ?asesinados fría y calculadamente?? por ejércitos, regímenes militares, escuadrones de la muerte y gobiernos cristianos. Como ejemplos, Tamayo cita a monseñor ?scar Romero, arzobispo de San Salvador asesinado por ?haber denunciado las matanzas del Ejército de su país contra la población civil??. Junto a este nombre aparece el de Ignacio Ellacuría, rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Canas, asesinado igualmente por el ejército salvadoreño junto a otros cinco jesuitas y dos mujeres, todos ellos comprometidos ?con la liberación de las mayorías populares??.
Argumento católico
Tamayo denuncia que la Iglesia parece poco interesada en ?scar Romero o Ignacio Ellacuría, que a su juicio siguen de manera más cercana el modelo de Jesús. Pero el Vaticano ya ha inventado una excusa para cerrar el panteón cristiano a estos luchadores: ?abandonaron la misión evangiladora y optaron por la política??. O bien no pueden convertirse en santos porque ?eran seguidores de la teología de la liberación?? o ?justificaban en determinadas situaciones la violencia??.
Una reflexión
El teólogo Juan José Tamayo, tras plantear la contradicción que supone premiar a los que sirven al poder y excluir a los que luchan por los pobres, recuerda en su artículo titulado Los otros mártires las palabras de otro sacerdote, el padre Arrupe: ?estos son los jesuitas que necesitan hoy el mundo y la Iglesia. Hombres movidos por el amor de Cristo, que sirvan a sus hermanos sin distinción de raza o clase. Hombres que sepan identificarse con los que sufren y vivir con ellos hasta dar la vida en su ayuda. Hombres valientes que sepan defender los derechos humanos hasta el sacrificio de la vida, si fuera necesario??. Una actitud que Tamayo se pregunta si tendrá en cuenta el Vaticano para sus futuras beatificaciones.
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