El silencio de los obispos sobre el celibato (y 30) -- Rufo González

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

celibato2?Sugerencias para un diálogo con el Episcopado y el Pueblo de Dios?? (y III)
?Aquí… un `padre´ casado podría hacer florecer el Reino de Dios??
10- ?El presbítero casado, en este mundo del conocimiento y de la técnica, del mercado globalizado y de las comunicaciones, podría ejercer su ministerio a partir de una renovación de los ministerios, especialmente en términos de una nueva evangelización. Muchos presbíteros casados viven en núcleos habitacionales, barrios populares, villas campestres, edificios de apartamentos, etc. donde la Iglesia Católica todavía no se hizo presente, aquí el ministerio de la palabra y de la Eucaristía de un padre casado podría hacer florecer el Reino de Dios??.

El presbítero casado, nueva riqueza para la Iglesia latina

11- ?El ministerio renovado como exigencia de una nueva evangelización para una sociedad enriquecida por mejores conocimientos científicos y tecnológicos e, inserida en un proceso de globalización creciente, ofrece la posibilidad de presentar al presbítero casado como una nueva riqueza para la Iglesia latina. El ministerio de los presbíteros casados es una nueva forma de vivir los valores familiares inspirados en el sacramento del matrimonio, en el ministerio presbiteral y en la Sagrada Eucaristía??.

El celibato obligatorio, ?causa de mucha infelicidad y frustraciones??

12- ?No fue por la ley, sino por una opción libre que el celibato se hizo extraordinariamente fecundo en la vida de muchos `padres´. Para otros, la ley fue una carga dramáticamente soportada, causa de mucha infelicidad y frustraciones. Para un sinnúmero de ellos, el ?estado de celibato?? les garantizó la condición de una libertad sin límites. Razón por la cual, en la opinión de algunos críticos, el celibato ha causado más daños morales que cualquier otra institución de Occidente, incluida la prostitución. Sin embargo, es impresionante la coherencia con que, de forma autoritaria, fue conducido en la iglesia el discurso en defensa del celibato clerical. Parece ser que la coherencia es confortable pero la verdad no deja de incomodar.

Vale la pena recordar aquí la carta que el patriarca melquita Máximos IV envió a Paulo VI, durante el Concilio Vaticano II: `Este problema (del celibato obligatorio) existe y se vuelve cada día más difícil. Exige una solución. No vale la pena cerrar los ojos o hacer de él un tabú. Su Santidad sabe muy bien que las verdades que se buscan esconder, se transforman en veneno´??.

Contradicción y respeto a los signos de los tiempos

13- ?`No se edifica ninguna comunidad cristiana si ella no tiene por raíz y centro la celebración de la Eucaristía´ (PO 6). Sin embargo hay muchas comunidades que no tienen la Eucaristía dominical y, contradictoriamente, muchas veces tienen un presbítero que está obligado al silencio y a la inactividad por razón de ser casado??.

14- ?La verdad nos hará libres, afirmó Jesús (Jn 8,32), pero para conocer la verdad necesitamos de humildad para abrirnos a la luz del Espíritu de Dios que nos viene a través de su palabra, de la oración y de la abertura sincera, valiente y responsable a los ?signos de los tiempos?? (GS 11; DH 2)??.

Invitación a una ?charla fraterna??

?Estas sencillas sugerencias para un diálogo con el Episcopado y el Santo Padre Benedicto XVI no tienen otra pretensión que las de invitar a una charla fraterna donde el centro deberá ser la Santa Trinidad que dio a su Iglesia la libertad de hacer de todos los hombres sus hijos. Nos anima, apenas, anunciar a Jesucristo luz de los pueblos, luz que se refleja en el rostro de sus discípulos (LG 1)??.

Guarapuava ? Paraná ? Brasil ? 10 de junio de 2005. Coordinación Nacional del Movimiento de Padres Casados del Brasil. Armando y Altiva Holocheski..

PD. 29 de marzo 2019

?Prohibir casarse?? es contrario a la fe

El celibato obligatorio, supone negar el matrimonio a ciertas personas, psíquica y físicamente aptas. Está expresamente prohibido en el Nuevo Testamento: ?El Espíritu dice expresamente que en los últimos tiempos algunos se alejarán de la fe por prestar oídos a espíritus embaucadores y a enseñanzas de demonios, inducidos por la hipocresía de unos mentirosos, que tienen cauterizada su propia conciencia, que prohíben casarse y mandan abstenerse de alimentos que Dios creó…?? (1Tim 4, 1-3). El texto no admite excepciones. Nadie, desde la fe cristiana, puede imponer la condición célibe para un servicio humano, y menos, eclesial. Es contrario a la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada y proclamada en Asamblea General de Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948, en el artículo 16, 1:

?Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio??.

La Iglesia debe defender la libertad que practicó Jesús

Los problemas y complicaciones de la libertad no son razón para eliminarla. Pedro Casaldáliga, obispo español en Brasil, defendía este derecho humano y cristiano:

?Callar, dejar correr, con cierto fatalismo, la fuerza de estructuras seculares, sería mucho más cómodo. No pienso sin embargo que fuese más cristiano, ni siquiera más humano… Pienso, sin embargo, que no estamos siendo comprensivos ni justos con estos millares de sacerdotes, muchos de ellos en situación dramática, que aceptaron el celibato compulsoriamente, como exigencia, actualmente vinculante, para el ministerio sacerdotal en la Iglesia latina. Posteriormente, a causa de esta exigencia no vitalmente asumida, tuvieron que dejar el ministerio, y no pudieron ya regularizar su vida, ni dentro de la Iglesia ni, a veces, ante la sociedad» (P. Casaldáliga).