Este año – en el XIX Aniversario de los mártires de la UCA- hubo festival de memoria histórica, exposición fotográfica dedicada a los mártires, eucaristías, encuentro de las escuelas de teología, encuentro nacional de Comités de Víctimas de violaciones de Derechos Humanos en el conflicto armado, cátedra de realidad nacional, homenajes artísticos, elaboración de alfombras, romería, procesión de farolitos, programas radiofónicos, vigilia y acto cultural.
La participación de hombres y mujeres, jóvenes y adultos, gente del campo y de la ciudad, nuevamente fue masiva y entusiasta. ¿Qué anima esta participación? ¿Cómo están presentes los ideales de nuestros mártires en el pueblo salvadoreño? ¿En qué está su fuerza de convocatoria? Veámoslo desde algunas voces sentidas.
«Yo antes me confesaba creyente romereana, hoy me declaro romereana e ignaciana» (Vilma Laínez,estudiante de la UCA). La expresión la escuché en una conversación libre sobre las diferentes actividades que se realizaron durante el aniversario de los mártires de la UCA. Vilma, había escuchado con atención el documental radiofónico sobre Ignacio Ellacuría, que hace algunos años realizó – con el apoyo de YSUCA – Radio Nacional de España. En esa producción radiofónica se relata parte de la historia salvadoreña de la década de los ochenta y la huella de racionalidad, justicia y solidaridad que dejó Ellacuría en la sociedad salvadoreña.
Vilma nunca había escuchado la voz de Ellacuría ni sus planteamientos sobre los problemas del país. Los oía por primera vez:
«En El Salvador hay una lucha de liberación??que parte de una injusticia estructural generalizada que no hace posible la vida de las mayorías populares. A veces cuando uno filosofa dice que la vida es la libertad, que la vida es la palabra o el derecho a organizarse. Nosotros sabemos que no, que la vida es la vida?? en nuestros países la vida es la vida material primariamente. Ese es el derecho fundamental y ese derecho empieza a ser violado por la injusticia estructural: no hay para comer, no hay para trabajar, no hay para vivir??» (Ignacio Ellalcuría).
El relato del reportaje radiofónico con sus testimonios, sus reflexiones, los datos, las interpretaciones, etc., llevaron a esta afirmación: «Hoy me declaro romereana e ignaciana. Lo de ignaciana lo decía la joven universitaria por Ignacio Ellacuría, sin saber con precisión que tras la vocación religiosa de Ellacuría, está el carisma de otro Ignacio que dejó huella profunda en la vida cristiana: Ignacio de Loyola.
Voces desde las alfombras. La elaboración y exposición de alfombras es ya tradicional en cada aniversario. Cada año, no obstante, la técnica, el entusiasmo y la creatividad aumentan. Una combinación de Sal, aserrín, figuras, color, mensajes, se convierten en verdaderas expresiones artísticas. La elaboración de alfombras es una tradición bastante arraigada en la cultura religiosa salvadoreña. Expresa cariño, sentido comunitario e identificación con los valores que motivan su elaboración. En la UCA, es la juventud la que predomina en este tipo de actividad ¿Qué les anima? Hay quienes lo hacen por cumplir con un número determinado de horas sociales, lo hacen para «ganar horas sociales». Pero también hay jóvenes que participan porque creen que de esa forma expresan su admiración hacia aquellos que, aunque no conocieron, hicieron cosas valiosas por el país.
El lema de este año, «la inclusión social», anima a los jóvenes a interesarse por la realidad del país. Y eso lo han traducido en sus mensajes plasmados en las alfombras: «Más protagonismo juvenil y menos exclusión; Abundancia y equidad para todos; Inclusión en la comunicación».
Voces de los peregrinos. Como todos los años, las peregrinaciones desde diferentes lugares del país se hicieron presentes: Chalatenango, La Libertad, Usulután, Santa Ana, San Miguel, Cuscatlán y otras. ¿Qué las anima en su peregrinación? Sus respuestas son concretas: «los mártires de la UCA fueron personas que anunciaron el evangelio, que dijeron verdad, que defendieron al pobre y lo acompañaron en su sufrimiento».
Esta forma de ver a los mártires la encontramos en buena parte de la población y fue plasmada en el documento de Aparecida en el número 275 cuando afirma: «Nuestras comunidades llevan el sello de los apóstoles y, además, reconocen el testimonio cristiano de tantos hombres y mujeres que esparcieron en nuestra geografía las semillas del Evangelio, viviendo valientemente su fe, incluso derramando su sangre como mártires?? Con valentía, han perseverado en la promoción de los derechos de las personas, fueron agudos en el discernimiento crítico de la realidad a la luz de la enseñanza social de la Iglesia y creíbles por el testimonio coherente de sus vidas». Los peregrinos que llegaron a la UCA agregaban: «Estamos aquí porque en ellos encontramos verdad y esperanza».
La tradición de los mártires en YSUCA. Cinco días antes del aniversario de los mártires, YSUCA cumplió 17 años de estar al aire y fundamentada en una voluntad y en una tradición. En la voluntad de potenciar la labor universitaria en beneficio del pensamiento popular y en la tradición de dar voz y presencia a los sectores mayoritarios.
Esta voluntad y esta tradición es una de las mejores herencias que nos han dejado nuestros mártires. Legado que forma parte de su coherencia con la misericordia, con la justicia, con la verdad, con su amor al pueblo pobre. Hemos cumplido 17 años entre debilidades y fortalezas, entre alcances y limitaciones. Pero, la voluntad y la tradición de poner la fuerza de la palabra eficaz al servicio de las mayorías, sigue siendo nuestro horizonte y nuestra inspiración.