Reflexión domingo 09 de mayo 2010.
Palabra de Dios escrita:
Un saludo y felicitación muy especial a las madres. A todas por supuesto. Pero con muy especial respeto y cariño a las que hacen milagros para que sus hijos/as vivan, estudien y se vistan. A todas las que aún con tantas dificultades que les pone el sistema injusto, logran darnos ejemplos de trabajo por el reino de Dios y su justicia.
Dios las bendiga y las fortalezca pues son ejemplo para las nuevas generaciones de su fe en que un día no muy lejano las madres en nuestro país vivan como Dios quiere: En justicia y libertad.
Hechos de los apóstoles 15, 1-2. 22-29
Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponerles más cargas que las indispensables
En este pasaje de Hechos nos recuerda en Primer Concilio de la Iglesia. Un concilio en el cual podemos sentir la presencia de la Comunidad Participativa, la Asamblea, la iglesia de Jesús, tomando decisiones colectivamente, podemos percibir, que aun se mantenían vigentes en la práctica, las Buenas nuevas de Jesús, la horizontalidad participativa que practico Jesús todavía extendida en la era apostólica, y por ello podemos en el texto completo, percibir la acción participativa, inclusiva y la libertad, la Gracia del Evangelio de la Buena Nueva, resultado colectivo: No imponer mas cargas que las indispensables.
Palabra y realidad:
En ese sentido tan liberador es necesario reflexionar que en nuestro tiempo un amplio sector en la Iglesia que deberían leer para sí el capítulo 23 del evangelio de Mateo. Es asombrosa y triste la actualidad que esas palabras tienen.
Tanto esfuerzo hizo Lutero y muchos que le antecedieron y precedieron. La Reforma de Iglesia en el Siglo 16, tenía un acento importante: la Gracia, tanto nos ama Dios, que se encarna, vive como uno de nosotros/as, vence al sistema excluyente, y por la fe en ese Jesús liberador, se nos libera y en esa situación somos libres para amar e invitados/as para vivir y convivir en ambiente, relaciones de Justicia.
Salvos por la fe para hacer obras que hagan brillar la justicia en sociedades tan injustas, como la de El Salvador. Liberados por Jesús resucitado para denunciar, evidenciar y liberarnos, con la ayuda de Dios, de los yugos de esclavitud que sostienen una estructura llena de pecado en este país y en otros. Libres para trabajar para que este país y el planeta experimenten desde ya la alegría del reinado del Dios justo y amoroso, que ama la justicia y reprende al que actúa contra ella.
Siglos ya, se viene insistiendo en el sentido de que el cristianismo más que una religión es una práctica de vida, es la relación cotidiana fraternal y respetuosa, amorosa de padres y madres con sus hijos/as y a la inversa; de igual manera, esto vale para las relaciones interpersonales en una comunidad de fe, en una comunidad mayor en la que está inserta la comunidad de fe, así como en una sociedad. Lastimosamente esto en la realidad no es así.
Los legalismos los formulismos, ritualismos, mal relacionados, en ocasiones al Antiguo Testamento, sacado, aislado de su contexto, mal interpretado, en otras ocasiones inventados, hacen posible que hombres o grupos de hombres coloquen mas cargas de las que los seres humanos podemos cargar. Esta situación provoca situaciones graves pues se desarrolla con facilidad la doble moral, lo aparente y lo real. La persona que es una dentro del templo y otra fuera de él. El falso cristianismo, la gracia barata, la religiosidad de la prosperidad de unos pocos, fundamentado en el engaño de muchos que promueve un cristianismo fácil y sin compromiso con el reinado de Dios y su justicia, son hoy tan cotidianos que parecieran evangélicos, pero no lo son, pues evangelio no es carga, ni culpa, es descarga y Buena Noticia, el problema es que no son pocos los que han empañado y pervertido el evangelio. No todo el que de boca dice Señor, Señor, conoce o experimenta desde ya el ser parte del reino que ya está entre nosotros/as.
Hay tantos legalismos en una y otra expresión de fe, que aún entre algunos de los que deberían ser herederos de los postulados de la Reforma, han ya olvidado lo bello de vivir en la Gracia del Señor.
Gracias al buen Dios, tan compasivo y amoroso, la Iglesia de Cristo, la Iglesia Popular, la Iglesia sin paredes, la Iglesia que se manifiesta en redes comunitarias alternativas, de «nuevo tipo», comunidades de fe resurgentes, intentando rescatar la verdad colectiva y participativa del evangelio, sigue su avance, sigue su curso, nunca se ha detenido y nunca se detendrá, es la Iglesia de siempre, la Iglesia del presente y la del futuro, la Iglesia que vive y practica los valores del reino de Dios y su justicia, la solidaridad, la libertad, el amor, la sororidad, la paz, la inclusión. No como discurso, sino principalmente en la praxis de liberación.
Incluir es hoy una demanda evangélica urgente, Jesús incluyo a los excluidos y excluidas de su tiempo, aquellas personas que no eran nada para los jefes religiosos, vinieron a ser los primeros en la red comunitaria del movimiento de Jesús, ellos y ellas estaban delante de los escribas, de los religiosos, de los teólogos de su tiempo. Hoy la Iglesia si es que es de Cristo debe ser inclusiva y si no lo es, es una mala señal, es un mal signo y es un símbolo de un reino de tinieblas, no del reino de Dios.
Vean Mateo 21, 23 al 32. Son palabras fuertes de Jesús a los ancianos (¡sabios!) y sacerdotes (jefes religiosos) de su tiempo y para todo aquel y aquella en cualquier tiempo y país que se crea primero/a, debe recordar, revisar, re leer esto que Jesús dice en este pasaje.
Algunas estructuras eclesiales todavía tienen oportunidad de ser parte de esta Iglesia de Cristo, aún están a tiempo, sepan aprovechar esa oportunidad que Dios les está dando.
La Iglesia del Cordero, es el cuerpo de Cristo en la historia. La historia la seguimos construyendo y seguirá construyéndose por nuevas generaciones cristianas que recuperen y fortalezcan en la práctica, los valores del reinado de Dios en coincidencia a las situaciones sociales, económicas, ecológicas de nuestro tiempo y del tiempo venidero. Las cosas viejas, las costumbres viejas, las que excluyen, las que confrontan a los hijos e hijas de un mismo Dios y Padre, Madre nuestro son cada día más, cosas del pasado, vamos desde hace ratito ya haciendo cosas nuevas, desde que Jesús vino el reino va desarrollándose, en ocasiones parece imperceptible, pero avanza.
Por eso podemos cantar y alegrarnos con el salmista, con el salmo de este domingo, el 66: «El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos bendiga; que le teman todos los confines de la tierra.
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En la memoria histórica de la Iglesia Cristiana Popular Salvadoreña:
Luisito Torres y Alfonso Navarro. 12 de Mayo de 1987.El Salvador. Luisito Torres, un joven de la parroquia en San Salvador en la que trabajaba el padre Alfonso Navarro Oviedo. Fue miembro activo del movimiento juvenil. Trató frecuentemente con sus amigos y otros colaboradores de motivar a la gente para que participaran en la casa parroquial en el análisis del problema del país y en la discusión y reflexión de los textos bíblicos. El 12 de mayo de 1977 fue asaltada la casa parroquial por las fuerzas de seguridad al tiempo que uno de sus amigos salía a la tienda de al lado para tomar algo. El P. Alfonso Navarro Oviedo fue asesinado a causa de innumerables impactos de bala. Antes de irse el asesino vio a Luisito y le disparó en medio de la cara. Luisito murió al otro día en el hospital.
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