El problema de la cadena episcopal no es Losantos, sino una jerarquía más cercana al poder conservador que a las bienaventuranzas -- Enric Sopena

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El Plural

La COPE o, según Le Monde, ?el comando mediático de choque??
Leo en Le Monde este titular: ?La radio del episcopado desautoriza a su pequeño talibán de las sacristías?? La crónica está firmada por Jean-Jacques Bozonnet, corresponsal en Madrid del mencionado periódico. La información de Bezonnet sobre Federico Jiménez Losantos se halla a la altura de tan prestigioso rotativo. Los datos que aporta a sus lectores son exactos y precisos.

?La jerarquía católica ?sostiene el citado corresponsal-, durante largo tiempo, ha escoltado con un silencio aprobador los excesos de su animador vedette, en la medida en que el periodista también ponía su talento al servicio de causas como la lucha contra el aborto, la eutanasia o el matrimonio gay. En su oposición frontal al Gobierno Zapatero, el jefe de la Iglesia española, Antonio María Rouco Varela, disponía así de un comando mediático de choque??.

El ariete ?sulfuroso??He aquí la cuestión de fondo. ¿Está dispuesta la Conferencia Episcopal Española (CEE) a desprenderse de un ?comando mediático de choque??, de tanta capacidad destructiva como ha venido siendo la COPE con Losantos de ariete ?sulfuroso??, adjetivo éste, empleado por el colega francés? Y es que la historia de la cadena radiofónica, a partir de 1983, cuando el socialismo llegó al poder, es una historia de involucionismo in crescendo.

Algo similar, en todo caso, le sucede entonces a la cúpula de la Iglesia católica, con Juan Pablo II de Papa. Y también a los mandos eclesiásticos en España. No era lo mismo, ni mucho menos, el cardenal Tarancón ?recordemos que el facherío exigía que fuera llevado ?al paredón??- que el cardenal Suquía y, finalmente, el cardenal Rouco Varela.

Meteorito insólito, no
Losantos no es un meteorito insólito que se coló de pronto en el templo copeliano. El petit taliban se hizo con el control fáctico de la emisora, respaldado por Rouco, propició el despido del director de los Informativos, José Azpezarena ?un periodista vinculado al Opus Dei, conservador, prudente y más bien moderado- y consiguió la incorporación de César Vidal a la noche de la COPE, entre otros objetivos todos ellos de carácter neocon. Pero Losantos fue el sucesor de Antonio Herrero, fallecido en las aguas de Marbella y en circunstancias dramáticas.

Sectarismo amarillista
Y Herrero convirtió ya la mañana de COPE en un espectáculo de sectarismo amarillista. Sirvió con presteza y sin recato alguno a los intereses del PP y de su candidato a la Presidencia del Gobierno, José María Aznar. El Sindicato del Crimen incluía radiofónicamente a la emisora de los obispos. De ello hace más de quince años.

La force de frappe
En aquella época, la COPE ya era un ?comando mediático de choque??, protegido y cuidado por el palio de Rouco y de la mayoría de los obispos y cardenales. Unos clérigos aplaudían con entusiasmo la deriva ignominiosa de la cadena confesional, mientras que otros guardaban un mutismo cómplice. Sólo unos pocos denunciaban esa impúdica force de frappe periodística de los monseñores.

Más lejos que sus antecesores
Losantos ha ido probablemente más lejos que sus antecesores, el citado Herrero y Luis Herrero, por ejemplo. Pero no parece que la rectificación de las mañanas pueda ser asumida como tal, si es verdad ?y parece que lo es- que el conductor de esa franja horaria será Ignacio Villa, el hombre impuesto por Losantos para sustituir en la dirección de los Informativos al mencionado Azpezarena. Villa ha llegado a superar en sus planteamientos de derecha extrema a Losantos. Y quien niegue esta evidencia simplemente miente.

?Nuestro segundo Franco??
Por ejemplo, Cristina López Schlichting, responsable de la tarde copeliana, pasa por ser -según algunos observadores ingenuos o en exceso benevolentes- una periodista de derechas, pero no radical. ¿Puede afirmarse que lo sea, si ayer mismo, sin ir más lejos, escribió en La Razón que ?Chaves era nuestro segundo Franco, eterno en Andalucía??. Lo cierto es que la Iglesia española apoya a la derecha en casi todas sus modalidades y diaboliza a la izquierda. La COPE constituye la prueba del nueve de que la mayoría de los llamados pastores consideran a los progresistas ?ovejas negras??, a las que hay que segregar del redil.

El problema de fondo
El problema de fondo de la COPE no se resuelve quitando a Losantos para poner a Villa o maquillar a Schlichting o promover cualquier otro retoque de pitiminí. La clave del asunto es un cambio profundo de modelo en la COPE. Pero para que así acontezca quienes han de cambiar son los jerifaltes de la Iglesia católica. O, mejor dicho, la propia Iglesia católica. Resulta improbable desgraciadamente que resucite Juan XXIII o que el próximo Papa sea un teólogo de la teoría de la liberación. Es decir, un Papa que esté más pendiente de las bienaventuranzas que del poder político conservador.

Enric Sopena es director de El Plural