El peón es la pieza más humilde e, incluso, infravalorada en el juego del ajedrez: tiene tan solo el valor de un punto frente a la torre que representa cinco o la dama que representa nueve. Es humilde, sí: avanza las casillas de manera frontal y una a una, sin avasallar, sin saltarse ningún escaque y, por descontado, sin saltarse ninguna otra pieza. Pero, también son piezas que, a menudo, están infravaloradas por aquellas personas que no saben o no recuerdan que pueden transformarse en otros trebejos percibidos como más valiosos, el más valioso, en este caso la dama. Esta potencial transformación se hace posible si el peón llega al final opuesto del tablero. Adicionalmente, al peón no le está permitido retroceder; esta regla añade una gran delicadeza en la decisión del movimiento del peón.··· Ver noticia ···