El Papa pide soluciones que salvaguarden «el bien y la paz» en el Tíbet, Oriente Medio e Irak

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Religión Digital

BenedictoXVI1.jpg«Las llagas de la Humanidad están en todos los rincones del mundo»
Bajo una lluvia intensa, decenas de miles de personas se han congregado en una plaza de San Pedro repleta de flores para escuchar el mensaje pascual del papa Benedicto XVI, que ha pedido ?salvaguardar el bien y la paz?? en lugares como el Tíbet o Irak.
Benedicto XVI ha celebrado la misa del Domingo de Resurrección y ha alentado a que se busquen soluciones en el ?martirizado Oriente Próximo, especialmente en Tierra Santa?? y en algunas zonas africanas como la región sudanesa de Darfur y Somalia.

Durante el mensaje Urbi et Orbi, el Papa ha hablado de las ?llagas de la humanidad, abiertas y dolientes en todos los rincones del planeta??, que se producen cuando las relaciones entre personas, grupos y pueblos están marcadas por ?el egoísmo, la injusticia, el odio y la violencia, en vez de estarlo por el amor??.

Sin embargo, ha señalado que esas heridas a veces son ?ignoradas e intencionadamente escondidas; llagas que desgarran el alma y el cuerpo de innumerables hermanos y hermanas nuestros??. El Papa se refirió a aquellas personas que se comprometen activamente a favor de la Justicia y difunden a su alrededor ?signos luminosos de esperanza?? en los lugares ensangrentados por los conflictos y dondequiera que la dignidad humana ?sea denigrada y vulnerada??. Además, Benedicto XVI ha expresado el anhelo de que precisamente sea en aquellos lugares donde ?se multipliquen los testimonios de benignidad y de perdón??.

El papa Benedicto XVI alentó hoy a que se busquen soluciones «que salvaguarden el bien y la paz» en lugares como el Tíbet, «en el martirizado Oriente Medio, especialmente en Tierra Santa», en Irak, el Líbano o en algunas zonas africanas como la región sudanesa de Darfur y Somalia.

Así lo señaló durante su mensaje pascual, con el que terminó los actos de la Semana Santa, y durante el cual tuvo un recuerdo para esos lugares, en los que no puede «dejar de pensar en estos momentos».

Benedicto XVI celebró, ante decenas de miles de personas, la misa del Domingo de Resurrección, en un plaza de San Pedro llena de flores, tras lo que dirigió el mensaje pascual.

Durante el mensaje, Papa habló de las «llagas de la humanidad, abiertas y dolientes en todos los rincones del planeta», que se producen cuando las relaciones entre personas, grupos y pueblos están marcadas por «el egoísmo, la injusticia, el odio y la violencia, en vez de estarlo por el amor».

Sin embargo, señaló que esas heridas a veces son «ignoradas e intencionadamente escondidas; llagas que desgarran el alma y el cuerpo de innumerables hermanos y hermanas nuestros».

El Papa se refirió a aquellas personas que se comprometen activamente a favor de la Justicia y difunden a su alrededor «signos luminosos de esperanza» en los lugares ensangrentados por los conflictos y dondequiera que la dignidad humana «sea denigrada y vulnerada».

Además, expresó el anhelo de que precisamente sea en aquellos lugares donde «se multipliquen los testimonios de benignidad y de perdón».

Toda la ceremonia estuvo marcada por una fuerte e incesante lluvia, a la que el Papa se refirió en diversas ocasiones y pidió que se considerase como un don de Dios para la tierra. EFE cr/tcr